Los Juegos Olímpicos de 1968 celebrados en la Ciudad de México acapararon las primeras planas en diversas publicaciones hace 50 años, con mayor difusión que la masacre estudiantil de Tlatelolco.
“Comienzan oficialmente las olimpiadas”, se leía el sábado 12 de octubre de 1968 en el Southeast Missourian, en Missouri, Estados Unidos. El texto resalta la ceremonia realizada en el Estadio Olímpico de la Universidad Nacional Autónoma de México, “con el foco en la reciente huelga estudiantil”.
“Soldados armados y decenas de policía estuvieron en posición de guardia. La Ciudad de México ha estado en calma desde el enfrentamiento que ocurrió la semana pasada, que llevó la muerte a las más recientes protestas, cobrando la vida de más de 50 personas”, se lee en el texto.
Los medios de la época también destacan la exclusión de Sudáfrica de los Juegos Olímpicos de 1968, decisión que tomó el Comité Olímpico Internacional (COI) para manifestarse en contra del Apartheid. Sudáfrica también había sido de los Juegos Olímpicos de Tokio (1964) por la misma razón. En 1967 solicitaron al COI su reingreso, para participar en México y fueron aceptados; sin embargo, 38 países amenazaron con boicotear la justa mexicana, por lo que volvieron a ser expulsados.
“Posteriormente Sudáfrica volvió a ser rechazada y la paz regresó, excepto en la enojada Sudáfrica”, continúa el Southeast Missourian. “Pero llegaron las protestas estudiantiles por parte de la UNAM y el IPN, que llegaron a un clímax sangriento el 2 de octubre. Hubo rumores irresponsables de que los Juegos se cancelarían, pero ni el COI ni el gobierno mexicano tienen la intención de hacer eso. Ambos se juegan su prestigio, además de que México invirtió 150 millones de dólares. Como respuesta a estos rumores, el gobierno aumentó la cantidad de soldados y policías”, finaliza el medio citado.
“Tiene orden de pulverizar a los rebeldes estudiantes”
Para el periódico The Canberra Times, en Australia, el día de la inauguración existió “tumulto y color” en la ceremonia de inauguración; destacando el encendido del pebetero olímpico a cargo de Enriqueta Basilio. Fue la primera vez que una mujer tuvo a su cargo esta responsabilidad.
0 of 2
Sin embargo, la foto utilizada para ilustrar la imagen muestra el Olímpico Universitario custodiado por militares. “Con cascos y armados, soldados toman su posición en el Estadio Olímpico de México, muchas horas antes de la ceremonia de inauguración. Mezclándose con las alegres multitudes estaban seis mil encargados de seguridad. Otros soldados estuvieron en filas. Las tropas y los oficiales de seguridad tenían órdenes de pulverizar cualquier intento de los rebeldes estudiantes de boicotear la ceremonia, pero no hubo incidentes”.
Los conflictos internacionales que surgieron en los Juegos Olímpicos de México
Tras la expulsión de la delegación de Sudáfrica, el 28 de mayo de 1968, el periódico australiano The Canberra Times, publicó: “Terminan los problemas olímpicos, ¿o no?”. En la entrevista, Rafael Solana -vocero de los Juegos Olímpicos- habló de cómo México hizo frente a los problemas internacionales que enfrentaría con la organización.
“Oficiales mexicanos de los Juegos Olímpicos esperan haber resuelto todos los problemas que suelen acompañar cada encuentro, ahora que Sudáfrica fue expulsada”, destaca el medio, en referencia a los problemas con España, Rhodesia, “las dos Coreas y las dos Alemanias”.
“México no reconoce el régimen del general Francisco Franco en España. Pero al permitir la bandera amarilla con rojo y el himno nacional, las autoridades mexicanas han establecido que todas las sedes olímpicas serán ‘áreas extra territoriales”, destaca el medio. Además, revela que México estuvo cerca de reconocer la independencia de Rhodesia, un territorio africano que buscaba independizarse de Reino Unido al aceptar su delegación olímpica. El problema se resolvió desfilando con la bandera y el himno olímpicos. Rhodesia desapareció en 1979 y se unió a lo que hoy es Zimbabue.
También explica los problemas que hubo con las dos Alemanias en los Juegos Olímpicos. Alemania del Este y Alemania del Oeste aceptaron participar bajo una “bandera olímpica de Alemania” y escuchar el himno olímpico.
No así Corea del Norte y Corea del Sur. La propuesta era desfilar bajo el mismo nombre: “Corea”, con una bandera e himno olímpicos, pero Corea del Norte no lo aceptó. Ellos buscaron ser conocidos como República Democrática Popular de Corea (nombre oficial a la fecha) y no como lo sugería Corea del Sur.
Un día antes del inicio, los norcoreanos rechazaron desfilar con el nombre de “Corea del Norte” y abandonaron la justa olímpica. Oficialmente su primera participación en Juegos Olímpicos fue en Múnich 1972.