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La serie de ‘El Chapo’ tiene un nuevo capítulo en la vida real

Este 5 de noviembre inicia en Estados Unidos el juicio contra el capo de la droga Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera

Si ya era famoso por sus fugas desde la cárcel, o el día en que lo entrevistó Sean Penn para Roling Stone, la serie que contó su vida en Netflix terminó de hacer un icono del narcotraficante más mediático de las últimas décadas, el mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, que este lunes será llevado finalmente ante el juzgado en Estados Unidos tras ser extraditado desde México en enero de 2017.

Se espera que el juicio dure por lo menos tres meses, ya que contra Guzmán Loera hay 11 cargos de narcotráfico, conspiración y lavado de dinero, por lo que de perder el juicio se le aplicaría cadena perpetua (no puede ser condenado a muerte, como acuerdo de extradición).

“Fuera de control”

En el Tribunal Federal de Distrito de Brooklyn, los fiscales federales planean ofrecer pruebas que involucran a Guzmán Loera, ex líder del Cártel de Sinaloa, en al menos 33 asesinatos; de acuerdo con información de The New York Times. Esto escandalizó al juez Brian M. Cogan, quien preside el juicio, lo cual indicó es “demasiado” y “fuera de control”.

 

ENTREVISTA

 

Ángel Armando Rodríguez Luna, investigador Casede

Ángel Armando Rodríguez Luna

Q: ¿Qué se espera del juicio?

Lo que se espera es un show, se espera una especie de despliegue de seguridad -particularmente en Nueva York- para resguardar la seguridad del “Chapo” en principio y también de algunos de los testigos que van a participar en este juicio. Se espera también que exista información relevante de las actividades del Cártel de Sinaloa y particularmente de la fracción que Guzmán lideraba.

Quizá también podemos esperar información relevante que permita mejorar las políticas contra el narcotráfico en el país, en este caso en México, que no solamente se centren en la persecución de criminales o en la intervención de narcóticos, sino que también impacte también en la cooperación en materia de seguridad y combate a este fenómeno entre México y Estados Unidos, porque no solo basta con que se identifiquen y se visibilicen las dinámicas tanto de la producción, trasiego y venta de narcóticos, a través del Cartel de Sinaloa, si no sobre todo, de todas estas redes de políticos y agentes de instituciones de seguridad que participan en ambos países.

Creo que se ha puesto muy poco el acento todavía en la participación fundamental que tiene Estados Unidos para esto, de las redes de narcotráfico y corrupción dentro de Estados Unidos y yo esperaría que este juicio ayude a evidenciar y visibilizar esto y por lo tanto, dictar mejores políticas de cooperación entre ambos países.

Q: ¿En este juicio podríamos conocer nombres de políticos o personajes vinculados con las actividades del “Chapo” Guzmán?

Tendríamos que conocerlos. Va a depender mucho de la manera en que los equipos de abogados de Guzmán y de los testigos protegidos lleven a cabo estas diligencias dentro de la corte. Se esperaría en este sentido que alimente información importante tanto para el ámbito judicial como para el periodístico, acerca de qué nombres particularmente han participado, desde por lo menos hace dos décadas.

Quizás más importante aún es lo que realmente se puede hacer entre ambos países para disminuir las capacidades operativas de estos grupos criminales. En los últimos 10 o 15 años, la cooperación de seguridad entre México y Estados Unidos se ha centrado en capturar a los principales cabezas, por ejemplo la Iniciativa Mérida. Las estrategias de seguridad planteaban la captura de los líderes para de ahí derivar a la desarticulación de grupos criminales transnacionales y hemos visto que en realidad esto ha tenido poco impacto, tanto en el negocio como en disminuir los efectos. El efecto más perverso de todo ha sido la violencia en México.

Q: ¿Cuánto puede durar el juicio? ¿Cuándo conoceremos un veredicto?

La duración, la verdad no sé. Desconozco cuánto pueda durar, pero lo que entiendo es que tanto Guzmán como su defensa han planteado que son inocentes, y en ese sentido esto puede hacer muy largo el juicio porque se va a buscar agrupar y dar solidez a todos los testimonios que existen y que además dan cuenta de los diferentes niveles de culpabilidad de Guzmán Loera, tanto en el tráfico de drogas como en los homicidios, cometidos dentro y fuera de México.

Cabe señalar que esto es un grupo criminal que tiene operaciones criminales en más de 50 países del mundo. Valdría la pena para conocer un poco más, por lo menos desde la perspectiva del cártel de Sinaloa cómo es que opera la delincuencia organizada transnacional en otras regiones del mundo y cuál es la verdadera articulación de redes y de actores legales e ilegales que hacen posible tal capacidad operativa. Va a ser tan corto o tan largo el juicio como se pueda dar alcance para evidenciar estas capacidades operativas dentro de México, en la relación con Estados Unidos y su alcance geográfico internacional.

Q: ¿Cómo cambiaría el ‘tablero’ del narcotráfico con este juicio?

Particularmente, en cuanto al Cártel de Sinaloa, ya lo ha hecho. Desde la extradición del “Chapo” Guzmán ha habido una disputa constante de tres grupos dentro del Cártel de Sinaloa y la violencia en este estado del país se ha incrementado bastante en los últimos dos años. Ha impactado a Baja California, Baja California Sur y por supuesto a Ciudad Juárez (Chihuahua). En términos de violencia ya hay un impacto importante.

En cuanto a las capacidades operativas, parece que las ha disminuido poco, dado que son mercados ilegales y que hay poca información fidedigna y verificable es difícil saber si ha impactado sobre su capacidad de producción o de trasiego o de venta al menudo, pero no parece por los datos que existen a través de Estados Unidos a través de la DEA o de las encuestas sobre consumo de drogas en ese país. Y en México tenemos pocas fuentes de información fidedignas.

Lo que sí se sabe es que -y como siempre sucede- cuando hay una captura de un líder y cuando hay impactos directos sobre sus estructuras, comienza una reorganización que se manifiesta solamente a través de la violencia. Surgen nuevos actores que buscan el poder, surgen nuevas formas de control de territorios y eso siempre se evidencia a través de los homicidios. Yo creo que esto va a cambiar poco en ese sentido, porque seguiremos observando las mismas dinámicas de los últimos 12 años y quizá si valga la pena profundizar sobre este cambio generacional que ya ha venido sucediendo dentro del Cártel de Sinaloa, como van a impactar las declaraciones de Guzmán Loera y de los testigos de su caso a ese cambio generacional.

El juicio debería de sentar mejores bases para el trabajo de inteligencia y para el de cooperación en seguridad entre Estados Unidos y México. Es fundamental que Estados Unidos asuma un rol y una responsabilidad mucho mayor ante este fenómeno.

 

ENTREVISTA

 

Gabriel Regino, abogado penalista, profesor de Criminología y Sistema Acusatorio en la UNAM y experto en el caso del “Chapo” Guzmán.

Gabriel Regino

Q: ¿Qué se espera del juicio?

En primer lugar, hay una expectativa muy amplia por las pruebas que vayan a ser presentadas, principalmente, por la fiscalía. De acuerdo con el sistema procesal estadounidense, los testigos son una pieza clave para convencer al jurado de la responsabilidad de los cargos que la fiscalía le ha imputado. Luego entonces, esta situación del inicio de un juicio de tal envergadura, como no se ha tenido en Estados Unidos en los últimos años, genera la posibilidad de que al conocerse los nombres de quienes atestigüen, haya consecuencias desafortunadas en cuanto a violencia en México y en algunas partes de Estados Unidos.

Si se llega a confirmar que algunos de los testificantes contra “El Chapo” forman parte de su círculo (es decir, traiciones) la violencia se hará presente en una especie de ajuste de cuentas de quienes todavía le pudieran tener lealtad, tanto en Estados Unidos como en México. Si se tratase de testificantes que pertenecen a organizaciones rivales, su testimonio estaría matizado por un cierto interés en perjudicar a su antiguo adversario. Esto puede motivar también, en menor medida, reacciones violentas. En concreto, lo que pase a partir del 5 de noviembre en la corte de Brooklyn, va a tener -más allá de los efectos procesales- una implicación de carácter violento al interior de las organizaciones criminales que están ahí enfrentadas.

Q: ¿Cuánto puede durar el juicio?

Uno o dos meses. Por el número de testigos, que debe de ser bastante amplios, tanto los testimonios y documentos periciales, puede durar hasta tres meses. Es decir, noviembre, diciembre y hasta enero. Luego vendría el veredicto, que podría demorarse un par de semanas.

Q: ¿Cómo cambiaría el ‘tablero’ del narcotráfico con este juicio?

Lo va a modificar de manera significativa, porque desde el momento en que Joaquín Guzmán Loera no se declaró culpable, significa que no ha delatado a nadie, le puede generar lealtad sumamente elevada. Y que al momento en que haya miembros de otras organizaciones o de la suya propia, va a promover una escalada de violencia.

Un caso similar es el de Osiel Cárdenas Guillén. Él era líder de una organización criminal también poderosa en Tamaulipas, al momento de ser enjuiciado admitió su responsabilidad y fue condenado a 25 años de cárcel. A partir de ese momento se desató la guerra entre sus organizaciones, Los Zetas y el Cártel del Golfo, que aún hoy seguimos padeciendo.

Q: El juicio del Chapo Guzmán, ¿con cuáles otros se puede comparar?

En cuanto a mafia, con el de John Guti, de los líderes de la mafia italoamericana, y en cuanto a interés mediático al de O.J. Simpson.

Q: ¿Cuáles son los puntos más críticos del juicio que usted destacaría?

El tiempo que ha pasado entre los hechos que le atribuyen y la fecha del juzgamiento. La mayor complejidad para la fiscalía es encontrar testigos que han pasado hace más de 10 o 20 años.

 

VOX POP

 

¿Qué esperan los mexicanos del juicio?

 

Julian Woodside

“Leer sobre las decisiones/recomendaciones del juez Brian Cogan, y sobre el proceso de acumulación de pruebas, remite irremediablemente al juicio de Al Capone: se trata de encarcelarlo a como dé lugar”

Julián Woodside

35 años, académico

 

Kate Martínez

“El Chapó” Guzmán debería estar afuera, porque hay otros delincuentes mucho más peligrosos que nisiquiera los detienen. Y el “Chapo” Guzmán pues la verdad haz mucho por nosotros”

Kate Martínez

23 años

Trabajadora

 

Alberto martínez

“Leí una noticias de que se le habían retirado ciertos cargos… si le van retirando cargos pues es como sospechoso”

Alberto Martínez

19 años, estudiante

 

Jessica Galicia

“Muy oportuno… ojalá que las autoridades de Estados Unidos logren llevar a cabo un proceso mucho más completo que el que se llevó aquí en México”

Jessica Galicia

24 años, Sicóloga

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