Scotty Hearron dice que era un "estudiante quebrado" la primera vez que le pagaron por donar parte del plasma de su sangre.
Esto fue hace pocos años, cuando estudiaba en la universidad en Oregon, Estados Unidos.
Donar plasma ocho veces en un periodo de cuatro semanas (el máximo permitido en EE.UU.) le podía proporcionar cerca de US$280 cada mes.
El plasma es ese líquido amarillento que conforma el 55% del volumen de nuestra sangre.
Ahora, a sus 23 años, Hearron es profesor de secundaria, y no tiene malos recuerdos de esa experiencia.
"Me hacía sentir que estaba generando impacto y además era bueno recibir algo de dinero por ello", dice.
Hearron añade que los otros donantes de plasma eran "generalmente personas de clase trabajadora o compañeros estudiantes".