La decisión de AMLO de reducir los salarios de los secretarios de Estado, subsecretarios y directores de área no afecta ni tiene incidencia en las políticas de contratación y asignación de ingresos del resto de los trabajadores mexicanos.
En las empresas los sueldos se determinan de cuerdo a un tabulador; donde la productividad de las organizaciones y las habilidades, experiencia, especialización y resultados del empleado fijan su remuneración.
De tal suerte que la estrategia salarial aplicada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la materia, obedece más a una decisión política; cuyo impacto afectará a los empleados de confianza, como la alta burocracia, explicaron especialistas laborales consultados por Publimetro.
Héctor Marquez Pitol, director de Relaciones Institucionales de ManpowerGroup México, explicó que el plan del presidente está acotado por la Ley de Remuneraciones para los Servidores Públicos; y, por tanto, no tiene ninguna afectación entre el salario de los empleados privados.
«Entre 200 mil y 300 mil pesos alcanzan las percepciones de altos mandos en el sector privado; pero si cumplen con sus metas y ofrecen soluciones, reciben bonos que duplican tales cantidades, indicó ManpowerGroup.
Refirió que el salario de los altos funcionarios está en función de su carrera pública; experiencia, especialización y gestión de programas. Mientras que las compañías toman en cuenta el valor agregado, la solución de problemas y el cumplimiento de metas en corto tiempo.
“Bajar los salarios o separar a ciertos funcionarios tiene un impacto; porque serán personas que buscarán una oportunidad en el ámbito privado. Pero no vemos que la decisión de AMLO sea aprovechada para bajar salarios en todo el país.
«El riesgo de perder tu trabajo siempre existe, si bajas tu productividad o si no tienes la actitud apropiada; pero que mañana te digan: te voy a bajar el sueldo… ni siquiera está permitido legalmente”, señaló Marquez Pitol.
Supersalario no es igual a corrupción como apunta AMLO
El directivo de Manpower señaló que no existe una relación directa entre corrupción y un supersalario; de 500 mil o 600 mil pesos mensuales –como indica AMLO–. Y en muchos casos, tal ingreso corresponde a las estructuras del propio gobierno y el nivel de responsabilidad.
Refirió que la mayoría de quienes salgan de la administración publica contarán con oportunidades importantes; porque al tratarse de funcionarios de alto rango, cuentan con niveles de especialización y experiencia que encajan con las compañías.
Destacó que, contrario a la estrategia de que ningún burócrata gane más que el presidente; en la iniciativa privada la falta de talento y la necesidad de las organizaciones de obtener resultados en poco tiempo y cumplir metas de productividad e ingresos, hacen que el talento “se dispute a billetezos”.
Apuntó que en niveles de directos generales, CEO y jefes de área, las compañías buscan a los mejores. “Si no quieren tener una alta rotación, deben incrementar los ingresos; y lo mismo pasa en áreas como el turismo, ingenierías, ventas y opuestos técnicos, donde hasta 50% de las compañías tiene problemas para cubrir puestos, por la falta de talento”.
Criterios para fijar un salario
Ivonne Vargas, conferencista y autora del libro Contrátame, explicó que el monto o nivel de los salarios en el sector privado depende factores concretos como:
- El rendimiento de cada colaborador; la planificación financiera de las empresas y el cumplimiento de metas y resultados.
- Las características de la organización, su tamaño –micro, pequeña, mediana o grande–; nivel de facturación y hasta la especialización. En áreas de ingenierías, biotecnología, tecnología aplicada o el bigdata, ofrecen ingresos más elevados, respecto a puestos que son rutinarios sin un valor agregado.
- Políticas salariales y la elaboración de un tabulador; donde el rendimiento y los problemas solucionados permite que los directores y jefes de área puedan duplicar su ingreso a través de bonos y compensaciones; lo cual es más difícil para los empleados operativos.
- Ello, además de elementos como la inflación y la negociación que cada empleado establezca con sus jefes, para obtener compensaciones o prestaciones que, en los hechos permitan mejorar sus percepciones económicas.
