Sin dejar ninguna huella, 34 animales han logrado huir de los tres zoológicos de la Ciudad de México en los últimos seis años, aún cuando a todos los ejemplares se les implantan microchips o aretes de localización y tatuajes para su identificación.
De estos recintos han desaparecido gansos egipcios, una guacamaya noble, un zorrillo moteado, palomas domésticas y sapos, entre otros animales.
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La Secretaría del Medio Ambiente informó que se han fugado 34 animales de los tres zoológicos de la capital del país de 2013 a la fecha y ninguno se pudo recuperar, pese contar con geolocalizadores; especialistas piden sancionar a responsables y acusan irregularidades
Al respecto, la Secretaría del Medio Ambiente local (Sedema) únicamente reportó su escape; sin embargo, hasta el momento no sancionó a ningún trabajador o hubo inhabilitaciones a servidores públicos del área.
En un reporte de 2018 la dependencia capitalina dio a conocer que 34 ejemplares estaban extraviados o habían escapado de sus instalaciones de 2013 a la fecha, de los cuales ninguno se pudo recuperar.
La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CDMX) confirmó que siguen la pista de tres grupos que han tratado de vender leones, pericos australianos y un lobo mexicano, así como otras especies exóticas a través de redes sociales como Facebook.
Ambientalistas y organizaciones civiles temen que estos seres vivos fueran a parar al mercado negro, que hayan sido adoptados por habitantes de la Ciudad de México o, en su defecto, vendidos como mascotas al mejor postor.
La bióloga por la UNAM Rocío Moreno aseguró en entrevista que existe un vacío legal en la instalación de los chips a los animales de los zoológicos, ya que en varias ocasiones han detectado que las autoridades y trabajadores reutilizan estos mecanismos cuando un animal escapa o muere, con la idea central de no reportar su muerte o evitar modificar los registros de la plantilla de animales que se encuentran resguardados en los tres zoológicos.
“Si las instituciones especializadas, como son los Zoológicos –que cuentan con los recursos y el personal– tienen este tipo de errores y omisiones, no puedo imaginar cómo otros grupos, como UMA y PINS, tratan a los animales. Es inadmisible está situación”, sostuvo.
Tráfico de especies
La extinta Asamblea Legislativa del DF –hoy Congreso de la Ciudad de México– reveló en un reporte que los actuales zoológicos de la capital del país presentaban una serie de irregularidades. Una de ellas, y de los más graves, el posible tráfico ilegal de especies.
En su momento, los legisladores locales advirtieron que la compra de animales era por adjudicación directa y no por licitación, lo que fomentó el tráfico de animales silvestres, de los cuales no se pudo conocer con certeza su origen.
La presidenta de la organización Proyecto Gran Simio, Paulina Bermúdez, reveló que cada ocho años el zoológico de Chapultepec realiza una compra masiva de animales en peligro de extinción y silvestres para llenar las jaulas.
Dejó entrever que el tráfico de animales sigue en estas instituciones de la capital del país, sin que las autoridades hayan tomado medidas serias para sancionar y erradicar esta práctica.
Al respecto, la organización Pro Fauna Silvestre Animalis, aseguró que la Dirección General de Zoológicos de la Ciudad de México ha sido omisa en atender este problema y en aplicar medidas para garantizar la seguridad de todos los ejemplares.
A este pronunciamiento se sumó la ex diputada local del PAN Lourdes Valdez, quien dio a conocer que a partir de una solicitud de información la administración notificó que en un lapso de casi tres años los animales que más han muerto son los mamíferos y las aves.
Cifras enredadas
Como parte de la serie de inconsistencias, al gobierno de la Ciudad de México no le cuadran las cifras ni los registros sobre los animales que se han escapado de los tres zoológicos. Después de una solicitud de información, la dependencia local informó que no hubo ningún escape o fuga en los últimos años, a pesar de la cifra de 34 ejemplares que reveló en 2018.
Organizaciones civiles, ambientalistas y protectores de animales han documentado por lo menos diez escapes de animales de 2017 a la fecha, principalmente del zoo de Chapultepec y del de Aragón, los cuales se sumarían a la cifra oficial reportada.
Publimetro solicitó la postura de la Secretaría del Medio Ambiente sobre estas problemáticas; no obstante, su área de comunicación no dio respuesta hasta el cierre de esta edición.
ENTREVISTA:
Marielena Hoyo, Ex directora del Zoológico de Chapultepec
¿Es viable que sobreviva un animal de estas características afuera de un zoológico?
— Cualquier ejemplar en posesión de un particular cuenta con un marcaje, con un localizador, por eso veo complicado que alguna persona tenga animales de este tipo, y si fuera el caso, sería acreedor a una sanción.
Un animal, por lo general, no es manejable, pues requiere de cuidados especializados y de una alimentación estricta.
La gente desconoce totalmente la dieta de estos animales, y esto puede ocasionar que los mate de hambre o generarles problemas graves en su metabolismo.
¿Qué tan grave es que no hayan recuperado estos 34 animales?
— Es muy grave, porque seguramente son animales que ya murieron, debido a las complicaciones que tiene la Ciudad de México. Yo creo que se dieron cuenta demasiado tarde y por eso no pudieron recuperarlos o salvarlos.
A ellos se les asigna una clave irrepetible para ubicarlos y cuando llegan a morir estos se desechan; sin embargo, existen versiones de que los reutilizan.
Estos animales son propiedad de la nación y cuestan mucho dinero. Y respecto a que no hay ningún responsable de los escapes, ¿qué opinas?
— Son animales que cuestan y tiene que haber una responsabilidad administrativa.
Yo no entiendo por qué no hubo una sanción por tanto animal que escapó, pero con Tanya Müller hubo una gestión muy gris y opaca. Por ley, la Semarnat te obliga a llevar una identificación unívoca, es decir, que no se puede confundir ningún animal, ese anillo o identificador no se puede repetir. Generalmente son artefactos que se tiran y no pueden ser rehusados.