El trabajo informal o ‘huachicol laboral’ no es exclusivo del ambulante o los negocios sin registro; también se da y es utilizado por los gobiernos local y federal; las empresas legalmente constituidas y las instituciones públicas de México.
Cifras la Secretaría del Trabajo, Inegi e IMSS, revelaron que dichas entidades mantienen en la informalidad laboral a más de 7.5 millones de trabajadores; la mayoría sin contrato, sin servicios de salud en el IMSS o ISSSTE, sin aguinaldo y sin ahorro o fondo de pensión.
Aunque también hay casos donde se disfraza el ‘huachicol laboral’ a través de plazas registradas ante el Seguros Social con dos salarios mínimos; o bien, con pagos a través de sindicatos, honorarios por derechos de autor y hasta cooperativas, para evadir impuestos y cuotas patronales.
Armando Leñero, presidente del Centro de Estudios para el Empleo Formal (CEEF), señaló que dicha problemática es parte de un fenómeno cultural; donde –desde el ambulantaje hasta los organismos oficiales– se incurre en prácticas para evadir las cuotas, impuestos y prestaciones.
Indicó que, de acuerdo a la Secretaría del Trabajo, existen 32 millones 63 mil 534 personas que están al servicio de la informalidad; de las cuales el 48.5% – 15 millones 550 mil– corresponden a comerciantes callejeros o negocios sin registro fiscal.
En segundo lugar, apuntó, están las empresas, gobiernos e instituciones que ocupan a siete millones 534 mil 930 personas, equivalentes a 23.5% del sector informal; que tampoco reciben prestaciones y seguridad social o son contratados con mecanismos que simulan una relación de trabajo.
Detrás, apuntó, se ubican seis millones 637 mil jornaleros agrícolas, que representan 20.7% de la informalidad laboral del país; así como dos millones 340 mil trabajadores domésticos, equivalentes a 7.5% del mismo sector.
Trabajo, pobreza y ‘huachicol laboral’
Pedro Borda, miembro del Consejo del CEEF y ex presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Recursos Humanos, señaló que tales prácticas promueven la pobreza de la población que está atrapada por la informalidad.
Durante la presentación oficial de dicho centro, reveló que las personas que están al servicio de gobiernos, empresas, instituciones, negocios y puestos que son parte de la llamada economía subterránea ganan entre 30% y 40% menos que los trabajadores formales.
“Y esto, sin duda, conforma una práctica de huachicol laboral; donde no solo se simula una relación laboral, sino que los trabajadores ganan menos”; y eso los mantiene por debajo de la linea de bienestar establecidas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Empresas e informalidad
El CEEF reportó que existen cuatro razones por las que las empresas legalmente constituidas recurren a la informalidad:
La excesiva regulación, que dificulta o limita las posibilidades hacer contracciones formales.
Costo de contratar. Sobre el salario que pagan sus empleados, las organizaciones deben pagar hasta 50% adicional en impuestos, cuotas al IMSS, pagos al Infonavit, prestaciones y beneficios adicionales a los establecidos por la ley.
Percepción negativa sobre los servicios y prestaciones de seguridad social. Las empresas y los empleados tienen la idea de que pagan mucho al fisco e instituciones de vivienda o salud, pero los servicios que reciben son malos.
Falta de crecimiento y desconfianza hacia las acciones de gobierno; lo que limita la inversión privada y, con ello, frenan la creación de empleos, los aumentos salariales, la producción, el consumo y el bienestar de la población. Lo que al final privilegia pagos y estructuras de trabajo fuera de la ley.