La industria automotriz nacional suma ocho meses de pérdidas, debido a la incertidumbre financiera y comercial que afecta al país, señaló el director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Fausto Cuevas Mesa.
En una entrevista con Publimetro, aseguró que, pese a ello, el sector trabaja y está en condiciones de enfrentar los retos de producción, reglas de origen y clima laboral planteados por el nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Señaló que, aun cuando el T-MEC platea que 40% de las exportaciones de autos en América del Norte deben provenir de zonas con salarios de por lo menos 16 dólares la hora, las reglas del tratado no obligan al sector a subir los sueldos por decreto.
¿Cual es la situación de la Industria automotriz en materia de producción, ventas y exportaciones?
– En materia de producción y exportación tenemos ocho meses con una tendencia a la baja. El año pasado, las exportaciones cayeron 4%; la producción se contrajo en la misma proporción y las vetan cayeron 7.7%.
La industria automotriz terminal y de autopartes en México representa 3.7% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y casi 20% del PIB manufacturero.
¿Qué provocó esas pérdidas?
– A nivel nacional e internacional, lo que está llevando a la industria automotriz a tales pérdidas se llama incertidumbre. A nivel mundial, la incertidumbre proviene del proteccionismo económico y las restricciones al comercio mundial.
Y al interior, la incertidumbre está presente por la relación comercial del país con el exterior; y por un cambio de administración –en el gobierno federal– que no acaba de convencer, en términos generales, a todo el mundo.
No está claro cuáles son las políticas públicas que estarán rigiendo y que nos darán una línea de crecimiento hacia los próximos años.
¿Las pérdidas ya tocaron fondo?
– En lo que se refiere al mercado interno, creemos que estamos cerca de haber llegado al fondo; pero este año esperamos que haya una baja, respecto a las ventas del año anterior.
¿De cuánto sería esa baja?
– Estimamos una baja aproximada de 4% o 5% en las ventas. El año pasado se vendieron un millón 317 mil unidades y nuestro mejor año fue 2016, cuando se colocaron un millón 603 mil. Debemos buscar formas de fortalecer el mercado interno; las cuales nos permitan revertir esta tendencia y recuperar esas ventas potenciales.
Frente a tal contexto, ¿cómo enfrentará la industria automotriz la entrada en vigor del TMEC?
– El esquema que tenemos con el TLCAN ha sido exitoso. Permitió que México sea el sexo productor de vehículos ligeros a nivel mundial; somos el cuarto exportador de autos ligeros y el quinto exportador de partes y componentes a EU.
En los últimos ocho o 10 años la industria automotriz en México se ha consolidado como un sector muy relevante y es gracias al comercio exterior. Exportamos 89% de lo que se produce en el país. Nuestros principales destinos son Estados Unidos y Canadá, que representan 86% de todo lo que se exporta.
El sector automotriz genera más de 900 mil empleos directos; número que llega a casi dos millones al integrar a los 165 ramos industriales que participan en la cadena de producción de automóviles.
¿Cómo se insertan las empresas del sector en el T-MEC?
– El nuevo acuerdo es un reto porque las reglas cambian; son más estrictas y nos llevan a tener una mayor integración en la región de América del Norte.
Las reglas de origen del TMEC para la producción de autos son muy especificas, ¿cómo van cumplirlas?
– Son cuatro requisitos: el valor de contenido regional del vehículo, que pasa 62.5 a 75% en un periodo de tres años; y que puede llegar a ser hasta cinco años, dependiendo si cada corporativo o empresa armadora lo solicita.
Otro requisito es que, de las partes esenciales, también deberán cumplir con un contenido regional de 75%. Y en términos de compras de acero y aluminio, 70% de esas adquisiciones deberán ser originarias de la región de América del Norte.
Y finalmente el valor de contenido laboral: se requiere que 40% de las compras o exportaciones de autos provengan de zonas con salarios de, cuanto menos, 16 dólares la hora. Esto es un reto, pero cada empresa tendrá su propia estrategia para cumplirla.
¿Que harán para cumplir con los 16 dólares por hora?
– Eso no es lo que dice la regla. La regla dice que 40% del valor de las partes del vehículo deben haber sido producidas en una zona donde se pague un salario de cuando menos 16 dólares la hora. Y ya importamos una buena proporción de los componentes, tanto en Canadá como Estados Unidos, y ahí se cumple la regla.
¿Cómo es esto?
La regla tiene un par de flexibilidades que señalan que se puede llegar hasta un 10% –del 40% que se debe cumplir– si se tienen plantas que produzcan transmisiones con una capacidad de 100 mil transmisiones por año; o baterías para autos eléctricos de nueva generación, también con una capacidad de 100 mil baterías.
Hay otros conceptos que tienen que ver con proyectos de investigación y desarrollo, que también podrían contabilizarse hasta 5% del mismo 40%. Entonces, no es exclusivamente valor de las partes, sino también estos otros conceptos. Y no quiere decir que tenemos que subir los salarios en México.
¿No los van a subir?
– Bueno, es que la regla no lo exige; no obliga a eso.
¿La regla dice sólo dice que 40% del valor de la producción debe provenir de zonas con 16 dólares la hora…?
– Así es.
El 89% de la producción en México es para exportación y 86% de ese porcentaje va a Estados Unidos y Canadá.
¿Y eso ya se cumple con la integración que hay entre México, Canadá y EU?
– No es totalmente cierto decir que eso se cumple con la integración de los países; porque hay una gama de diferencias entre unas corporaciones y otras; pero tampoco quiere decir que sea imposible. El tema es que los salarios no suben por decreto, sino por competitividad.
Si bien es cierto que en general no hay un salario de 16 dólares la hora en México; tampoco es cierto que en EU y Canadá, en todos sus territorios y en todas las plantas, haya esos salarios. Es una especie de falacia; porque incluso ellos están revisando de dónde y cómo va a certificar que cumplen esas reglas.
Nosotros, decimos ‘yo lo compro allá’ –algunas partes de los autos–; tu me dijiste que allá sí –pagan 16 dólares la hora–; y entonces ya se cumple. Pero en México, la industria automotriz terminal paga los mejores salarios a nivel industria.
¿Estas reglas son una oportunidad para mejorar e insertarse de forma eficiente en el comercio de América del Norte?
–Sí. Aunque va a requerir que la cadena productiva en su conjunto trabaje muy de la mano. Y, por otro lado, vamos a necesitar el respaldo y el apoyo del gobierno federal.
¿En qué sentido?
– En el sentido de política públicas que realmente permitan que nos insertemos en este nuevo esquema, que promuevan una relación comercial y productiva más estrecha; con miras a buscar esa integración con América del Norte.
La IP pide al gobierno reglas clara para dar certidumbre a las inversiones, mayor gasto público y medidas para reactivas la economía. ¿El sector automotriz se suma a esto?
– ¡Claro! Desde luego que para nosotros el fortalecimiento, el crecimiento de la economía es muy importante. Es decir no podemos esperar que el mercado crezca, si por el otro lado no estamos generando los ingresos disponibles para el público que compra vehículos.