Un estudio publicado este viernes en la revista Frontiers in Plant Science avanza que los astronautas de la NASA han podido cultivar en el espacio lechugas libres de microorganismos, seguras para el consumo humano, nutritivas y sabrosas, y todo pese a crecer en un ambiente de baja gravedad y con una radiación mucho más intensa que la de la Tierra.
El experimento, liderado por la doctora Christina Khodadad, del Centro Espacial Kennedy (Florida), se llevó a cabo en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés), donde los astronautas de la NASA cultivaron una cosecha de lechugas romanas rojas (Outredgeous).
El avance es una buena noticia para la ciencia pero sobre todo para los astronautas, resignados a vivir en el espacio con raciones de alimentos procesados y liofilizados para durar más tiempo.
Aparte del cambio de la dieta, los productos frescos cultivados en el espacio proporcionarían a los astronautas más potasio y vitaminas K, B1 y C, nutrientes poco abundantes en las raciones envasadas que, además, se degradan con el almacenamiento a largo plazo.
¿Funcionarán las lechugas cultivadas por la NASA?
Los cultivos espaciales serán especialmente útiles en las misiones espaciales de larga distancia, como Artemis-III (programada para que los humanos aterricen en el polo sur lunar en 2024), el actual programa SpaceX, o la primera misión de la NASA a Marte con tripulación, prevista para finales de esta década.
«La capacidad de cultivar alimentos en un sistema sostenible que sea seguro para el consumo de la tripulación será crítica a medida que la NASA avance hacia misiones más largas. Las verduras de hoja verde tipo ensalada pueden cultivarse y consumirse frescas con pocos recursos«, explicó Khodadad.
Para el experimento, que se llevó a cabo entre 2014 y 2016, se emplearon semillas esterilizadas que se plantaron en los Sistemas de Producción de Vegetales (apodados «Veggie»), cámaras de crecimiento equipadas con iluminación LED y un sistema de riego diseñado específicamente para cultivar en el espacio.
Los cultivos crecieron en las unidades Veggie durante 33 a 56 días. Después, los miembros de la tripulación de la ISS comieron algunas de las lechugas de la cosecha y el resto fue congelado y enviado a la Tierra para su análisis químico y biológico.
En paralelo, los científicos de Centro Espacial Kennedy cultivaron lechugas con las mismas semillas y en las mismas condiciones que en la ISS pero en la Tierra, donde recrearon los mismos datos de temperatura, dióxido de carbono y humedad de la estación espacial.
La lechuga cultivada en el espacio tenía una composición similar a las de la Tierra, con pequeñas diferencias: el tejido vegetal cultivado en el espacio tendía a ser más rico en elementos como el potasio, el sodio, el fósforo, el azufre y el zinc, así como en fenólicos -moléculas con probada actividad antiviral, anticancerígena y antiinflamatoria-.
También tenía niveles similares de antocianina y otros antioxidantes que pueden proteger a las células del daño causado por los radicales de oxígeno libres y reactivos.