Lo que parecían actividades anormales hace meses, ahora son algo del día a día. La pandemia del coronavirus covid-19 ha cambiado nuestra rutina, varias actividades a lo largo del mundo ya no se llevan de la misma manera y quizás sea algo a lo que debamos acostumbrarnos.
Con gran parte de Chicago bajo cuarentena autoimpuesta, era hora de que los pingüinos se hicieran cargo.
Penguins in the Amazon?! 🐧🌴
Some of the penguins went on a field trip to meet other animals at Shedd. Wellington seemed most interested in the fishes in Amazon Rising! The black-barred silver dollars also seemed interested in their unusual visitor. pic.twitter.com/KgYWsp5VQD
— Shedd Aquarium (@shedd_aquarium) March 15, 2020
Las aves deambularon por los pasillos del Acuario Shedd, observando exhibiciones sobre la selva amazónica y los arroyos del sudeste asiático. Por la ausencia de visitantes el lunes, tres de los pingüinos de penacho amarillo de Shedd, cuyos cuidadores los llevaron a un «viaje de campo» para que pudieran explorar el bullicioso acuario por sí mismos.
En Tailandia se vivió una escena más triste, esta vez llena de monos hambrientos por la falta de turistas en las calles de la ciudad de Lopburi. Una guerra territorial entre docenas de monos callejeros del templo en la histórica ciudad de Lopburi.
Hundreds of hungry monkeys swarm across Thai street as 'rival gangs' fight over food after tourists who normally feed them stay away because of coronavirus https://t.co/lQZ0sOzwDF pic.twitter.com/8TgrCTBrQ8
— Daily Mail Online (@MailOnline) March 12, 2020
Según los residentes de la ciudad, las peleas probablemente resultaron de una fuerte caída en el turismo hacia la ciudad de 800 años de antigüedad, y por lo tanto, una caída en las ofertas de comida gratis para miles de monos locales. «Es verano, por lo que generalmente vemos muchos turistas, pero ahora debido al brote hay tan pocos que los mercados están muy tranquilos«, dijo Sasaluk Rattanachai, residente.
Al igual que Tailandia, la escena en las calles de las grandes ciudades europeas, como Madrid, Roma y París, es desconsoladora.
Completamente solas, como si fueran el set de una película de ciencia ficción, con todos sus habitantes en casa, una de las maneras que tomaron las autoridades locales para combatir la infección del coronavirus.
Los cantos desde los balcones en diferentes ciudades de Italia se han hecho virales en las redes sociales, llenando de esperanza al mundo.