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Covid deja sin trabajo a profesionistas

Poblanos incursionan en la confección de cubrebocas para poder obtener ingresos durante la pandemia

Sebastián es un diseñador de moda que ahora confecciona cubrebocas para hacer frente a la pandemia por el Covid Fotos: Ilse Contreras

Al quedarse sin cero ingresos durante la pandemia por el Covid19, poblanos han decidido emprender en la creación de cubrebocas artesanales y amigables con el medio ambiente, además, no descartan que esta mascarilla de protección contra el virus sea un producto que fabriquen de vuelta a “la nueva normalidad”.

En entrevista con Publimetro, un diseñador de modas, una psicóloga y un dueño de un negocio de espectáculos platicaron cuáles han sido los retos para poder tener un ingreso y al mismo tiempo contribuir a que los poblanos se cuiden de la enfermedad causada por el virus mundial.

Sebastián Gaspar Robles tiene 32 años y desde hace ocho años, junto con su socio Héctor Serna, fundó “El Trapo” un estudio de diseño de moda en el que se unen marcas que fabrican ropa y muestran a sus clientas a través de una pasarela.

Sin embargo, tras el inicio de la emergencia sanitaria por el coronavirus en México 30 clientas tuvieron que cancelar sus bodas, bautizos y eventos de moda, por lo que sus pedidos e ingresos se fueron a cero y cada vestido representaba de 30 a 80 mil pesos suspendidos.

“Vivimos de los eventos, sí habíamos calculado que iba a bajar el trabajo pero en dos días, después de que llegó (el virus) a México, las clientas empezaron a mover sus bodas, bautizos, pasarelas y de la nada nos fuimos a cero”, dijo.

Fue así como Sebastián aprendió de un diseñador en Nueva York que fabricaba mascarillas como las que usan enfermeras en situación normal y empezó a hacer cubrebocas de doble tela y con un espacio en medio para agregar filtros extra, agregando los diseños que los identifica como marca.

“El material es de poliéster ya que el algodón permite más entrada de bacterias e integramos elementos de los diseños como mezclilla, teñidos, entre otros”.

Su venta inició con familiares y conocidos, pero al recomendar su producto los pedidos no solo se limitaron a sus clientas en la capital, sino también a otros sectores y estados como Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y Tlaxcala.

“La gente los vio y los empezó  a comprar mucho como parte de la nueva normalidad, la gente sí necesita andar con una mascarilla pero al fin de cuentas busca su identidad y no perderla”, comentó.

Añadió que al producirse cubrebocas médico, no médico y decorativos en los meses de mayor demanda hubo complicaciones con los proveedores, sobre todo los de elásticos, pero al ser en su mayoría mexicanos se fue resolviendo.



Elena Ubaldo
Ricardo Xicoténcatl
compra

La familia de Ricardo es de Papalotla, Tlaxcala, un pueblo maquilero en donde empezaron a conseguir la tela y en un par de días tenían cubrebocas para vender entre la familia y conocidos, así como gente que quería hacer negocio con ello por lo que al inicio fue fácil colocarlos con revendedores.

Después se enfocaron en sectores que empezaron a reactivarse y surgió la idea de bordar logos de empresas del sector automotriz, así como de bancos e instituciones educativas para vender a los trabajadores.

“Lo difícil es vender masivamente porque no puedes facturar, hemos pasado desde vender a los mercados por mayoreo a hacer 17 mil piezas de pellón quirúrgico que antes de la pandemia era lo más común encontrar”
, dijo.

Finalmente, comentaron que esta situación les ha ayudado a reforzar lazos entre la comunidad a fin de que entre todos puedan mantener su economía y en sociedad puedan enfrentar crisis de este u otros tipos que se han dado en el país y en el mundo.

“La gente no está bancarizada ni está preparada para una contingencia, entonces este tipo de desorden económico es lo que nos lleva a solicitar créditos impagables y vender nuestro patrimonio, algunos otros a buscar producir una alternativa y seguir activos”, comentaron.

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