La tarde de este miércoles, tras 19 meses de permanecer en California, Estados Unidos, el avión presidencial José María Morelos y Pavón regresó a México, luego de no poderse vender, como lo prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador desde que estaba en campaña, aunque este día afirmó que ya se recibió un adelanto por la aeronave, por la que 42 potenciales compradores presentaron propuestas.
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La historia del “palacio para los cielos”, como calificó López Obrador, se remonta a la última parte del gobierno de Felipe Calderón, pues en su administración se aprobó la compra del Boeing 787, cuyo valor en julio de 2012 se estableció en 750 millones de dólares.
Desde ese momento se dio a conocer que sólo había un prototipo, por lo que fue un avión único en el mundo; además, fue la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) quien se encargaría de la compra y operación del avión, ya que se consideró una cuestión de seguridad nacional por el fallecimiento de tres secretarios de Estado que murieron en accidentes aéreos y era necesario que el próximo presidente viajara seguro.
Costo del avión
Aunque al final, en noviembre de 2012, Bonbras pagó 218 millones de dólares, monto en el que se incluyeron las modificaciones en ingeniería y estructura; asimismo, por tratarse de una aeronave nueva, su precio se adecuó en unos 200 millones de dólares, en aquel año el tipo de cambio era de 13.5 pesos por dólar.
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El avión llegó a México hasta 2016 y fue usado sólo dos años por el ex presidente Enrique Peña Nieto para realizar 214 vuelos.
Desde que estuvo en campaña, Andrés Manuel López Obrador anunció que el avión se vendería, además de decir que nunca viajaría en él, hecho que hasta el momento ha cumplido al viajar en vuelos comerciales, incluso hace unas semanas cuando acudió a Estados Unidos para una reunión de trabajo con el presidente Donald Trump.
A sólo pocos días de que López Obrador asumió la presidencia, el 3 de diciembre de 2018 el avión José María Morelos y Pavón viajó al Aeropuerto de Logística en el sur de California, para facilitar la venta, en la cual se contó con la participación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como árbitro de la transacción que más de un año y medio después no ha ocurrido.
Primera oferta de compra
Aunque durante el periodo de transición Gustavo Jiménez-Pons, primo del titular del Fonatur, se presentó en las oficinas de AMLO en la colonia Roma, en donde presentó una carta de intención de compra por mil 900 millones de pesos.
Hace un año, Jorge Mendoza Sánchez, director general de Banobras, informó que había seis interesados en adquirir el avión, todos era particulares originarios de Estados Unidos, por lo que estaba en proceso la revisión de las ofertas.
En octubre de 2019 el mandatario informó que había un posible comprador, aunque no dio a conocer de quién se trataba.
Sin embargo, aunque el avión estuviera detenido no significaba que se dejaran de destinar recursos, ya que cuando fue usado por Peña Nieto, el costo anual por su uso era de unos 17 millones de pesos, incluido el mantenimiento y conservación.
Pero el gobierno actual tuvo que destinar alrededor de un millón 328 mil pesos mensuales por el mantenimiento de la nave, es decir, unos 16 millones de pesos durante 2019. A través de una solicitud de información, la Sedena detalló que en nueve meses erogó unos 11 millones de pesos por mantener a la unidad estacionada.
Al alargarse la compra del avión, en febrero de este año el gobierno federal anunció que sería rifado a través de la Lotería Nacional, con la emisión de seis millones de billetes, con un costo de 500 pesos cada uno, en ese momento se tenía previsto que la rifa se realizara el 15 de septiembre, pero la pandemia de Covid-19 ha desdibujado la posibilidad.
Los 100 ganadores de la rifa obtendrían 100 premios de 20 millones de pesos, con los recursos obtenidos se comprarían equipo médico para hospitales rurales.
