Algunos de los negocios más emblemáticos de la ciudad de Puebla tuvieron que cerrar sus puertas debido a que no aguantaron la crisis económica que ha dejado la pandemia por el Coronavirus durante los nueve meses que van desde el primer confinamiento.
Cafés, sucursales de cadenas de alimentos y tiendas departamentales, un hotel y tiendas deportivas fueron los afectados, y con estos cientos de trabajadores, quienes deberán enfrentar la situación económica hasta que el estado vuelva a semáforo verde.
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Uno de los primeros establecimientos en comenzar a sufrir los estragos del encierro fue el Café Plaza, ubicado en el conocido centro comercial Plaza Dorada, y que tras 40 años de ofrecer un rico café americano y sus especialidades en desayunos como los chilaquiles o enchiladas, principalmente a adultos mayores, ya no pudo sostener su operación.
En junio, el famoso Sanborns de Paseo San Francisco dijo adiós, sus instalaciones se mostraban vacías, pero sin ningún aviso a la ciudadanía, hasta que días después los trabajadores confirmaron el cierre definitivo.
Famoso por sus litros, el bar Bambukos tuvo que bajar sus cortinas después de 16 años y se sumó a la lista de negocios que no aguantaron cuatro meses de confinamiento.
Días después, la tienda de accesorios y comida para los mejores amigos de la familia, +Kota de Plaza Dorada, cerró sus puertas.
El hotel-restaurante Royalty pudo con todo, menos con la crisis económica provocada por el Coronavirus, y después de poco más de 100 años se vio en la necesidad de liquidar a más de 90 empleados, quienes esperan la posibilidad de que vuelva abrir sus puertas en 2021.
Otra gran pérdida fue El Tigre de Puebla, una de las tiendas de artículos deportivos más representativas del Centro de la Ciudad cerró sus puertas a mediados del mes de septiembre.
La tienda fundada por los hermanos Vela Vélez, fue abierta en varios estados del país, incluyendo Ciudad de México, Veracruz, Oaxaca y Puebla, en esta última entidad duró más de 50 años.
El café Wimpy´s tampoco sobrevivió a la pandemia, ubicado a dos cuadras del Zócalo de la ciudad, era el punto de reunión de intelectuales, familias y hasta políticos para disfrutar de una buena platica acompañada de un tradicional café, pero después de 81 años de existencia tuvieron que cerrar.
También, en la recta final del año, el Italian Coffee de San Fran Francisco tuvo que cerrar ante la baja afluencia de la zona.
