Por primera vez en la historia reciente – y desde que se tiene registro- el número de mariposas monarca que pasan el invierno en las costas de California, Estados Unidos, bajó a niveles sin precedentes. Esta situación hace que los especialistas en el estudio del hermoso insecto negro y anaranjado se preocupen por su posible e inaplazable extinción.
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De acuerdo con el recuento anual de la Sociedad Xerces para la Conservación de los Invertebrados, en este invierno se registraron casi dos mil mariposas, lo que representa una declinación masiva respecto a las decenas de miles contadas en años recientes y a los millones que había en los árboles que van desde el condado Marin del norte de California hasta el condado de San Diego al sur en la década de 1980.
«Los recuentos anuales más recientes muestran un descenso del 85% en la población del este de Estados Unidos que pasa el invierno en México y un descenso del 99.9% en las monarcas del oeste de las Montañas Rocosas, que pasan el invierno en California», explicó a Publimetro Scott Hoffman Black, director ejecutivo de la Sociedad Xerces.
«Tras dos años en los que se alcanzaron mínimos históricos de 30 mil mariposas, frente a los 1.2 millones de hace apenas dos décadas, las cifras más recientes muestran que este año sólo se registraron mil 914 mariposas monarca invernando en la costa de California», explicó Hoffman.
Mariposas monarca, símbolo de Norteamérica
Las mariposas monarcas migran desde el norte hacia el sur de California todos los inviernos, regresando a los mismos sitios e incluso los mismos árboles, donde se amontonan para mantenerse cálidas. Generalmente llegan a California a principios de noviembre y se esparcen por todo el país cuando las temperaturas empiezan a subir en marzo.
La mariposa monarca es icónica y la comparten tres países. Realmente todos debemos dar un paso adelante para que esta épica migración pueda ser vivida por las futuras generaciones. – Scott Hoffman Black, Sociedad Xerces
En las laderas orientales de las Montañas Rocosas otra población de monarcas migra del sur de Canadá y el noreste de Estados Unidos y recorre miles de kilómetros para pasar el invierno en el centro de México. Los científicos estiman que la población de monarcas en el este de Estados Unidos ha bajado un 80% desde mediados de los años 90. Pero el declive en la costa oeste ha sido más pronunciado todavía.
La Xerces Society, una organización ambientalista sin fines de lucro que se enfoca en la preservación de los invertebrados, registró 29 mil mariposas en su recuento anual del invierno pasado. El año previo había contado la cifra más baja jamás registrada hasta entonces, 27 mil mariposas.
La cantidad contada este año es alarmante. En Pacific Grove, tradicional refugio de las monarcas en invierno, los voluntarios no detectaron una sola mariposa este invierno. En otros refugios conocidos como Pismo State Beach Monarch Butterfly Grove y el Natural Bridges State Park se detectaron unos pocos cientos, de acuerdo con los científicos.
Destrucción de su hábitat, una de las causas de su extinción
Los científicos dicen que las mariposas registran niveles alarmantemente bajos en los estados occidentales por la destrucción de los algodoncillos, su hábitat natural de la ruta migratoria; por la expansión de la construcción de viviendas y el creciente uso de pesticidas y herbicidas.
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Los investigadores notan también el efecto del cambio climático. Junto con la desaparición de los algodoncillos, el cambio climático es otro de los grandes factores que amenazan a las monarcas, alterando una migración de 4 mil 800 kilómetros que coincide con la primavera y el florecimiento de las plantas silvestres. Grandes incendios forestales en el occidente de Estados Unidos pueden haber incidido también en la migración y la reproducción de las mariposas, de acuerdo con los investigadores.
Un estudio del 2017 de la Universidad Estatal de Washington pronosticó que la población de las monarcas bajaría a menos de 30 mil y que la especie se extinguiría en las próximas décadas si no se hacía algo para salvarla.
No hay leyes estatales ni federales que impidan la destrucción ni la degradación del hábitat de las monarcas. En diciembre las autoridades federales declararon a las monarcas “candidatas” a ser catalogadas como especie en peligro de extinción, lo que garantiza ciertas protecciones, pero indicaron que no se tomarían medidas por varios años porque había otras especies a la espera de esa categoría.
3 preguntas con …
Scott Hoffman Black, director ejecutivo de la Sociedad Xerces para la Conservación de los Invertebrados
¿Qué acciones están llevando a cabo los gobiernos de los países norteamericanos para proteger a esta especie?
Diversos organismos federales y estatales están trabajando en la conservación de la monarca. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, el Departamento de Agricultura de EU y muchas agencias estatales se centran en la conservación de la monarca; lo más frecuente es plantar algodoncillo y fuentes de néctar.
Sin embargo, el nivel de esfuerzo no es suficiente para proteger y restaurar las poblaciones de monarcas. Es urgente que las agencias den un paso adelante para proteger y restaurar los sitios de hibernación en California, y se centren en minimizar los insecticidas en estos paisajes – esto es realmente vital si esperamos recuperar esta especie.
¿Y qué medidas pueden tomar los ciudadanos para evitar la extinción de la mariposa monarca?
Cualquiera puede tomar medidas para ayudar a las monarcas y a otros polinizadores. Algunas son:
- Plantar muchas plantas autóctonas con flor y dejar de usar insecticidas y herbicidas.
- Si vives donde se reproducen las monarcas, planta algodoncillo nativo.
- Acércate a los funcionarios electos y pide que las monarcas reciban plena protección de la Ley de Especies en Peligro.
¿Qué progresos se han hecho en la conservación de la mariposa monarca?
Las agencias, las organizaciones sin fines de lucro y la gente común han dado un paso adelante para plantar un hábitat para la mariposa monarca. Dicho esto, la monarca sigue disminuyendo y necesitamos un esfuerzo mucho mayor si esperamos recuperar esta especie.
En la opinión de:
Orley «Chip» Taylor, director de Monarch Watch
La mariposa monarca no está cerca de la extinción, pero la legendaria migración en el este de Norteamérica ha disminuido y podría seguir disminuyendo en la próxima década. Hay muchas amenazas para la población de monarcas, como la pérdida de hábitat, la fragmentación de los hábitats, la pérdida de recursos de néctar, el uso generalizado de herbicidas y pesticidas, la siega excesiva y el cambio climático. Los efectos de las altas temperaturas y las sequías ya se pueden ver en el oeste, donde el número de monarcas parece ser demasiado bajo como para esperar que se recuperen.
Los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México, a través de la CCA, han reunido a científicos especializados en la monarca de los tres países. Estas reuniones han buscado desarrollar un entendimiento común de la biología y la dinámica poblacional de la monarca, así como identificar temas de investigación que lleven a una mejor comprensión de cómo implementar medidas que ayuden a sostener la migración de la monarca.
Los ciudadanos pueden crear hábitats para las monarcas plantando hierbas lecheras para las orugas, las únicas plantas que comerán, y plantas de néctar para proporcionar los azúcares y el agua que necesitan las mariposas adultas para volar y reproducirse. Debido a la pérdida masiva de hábitats como consecuencia de los cambios en la agricultura de los últimos 20 años, es necesario restaurar los algodoncillos en al menos 20 millones de acres en el Alto Medio Oeste.
A largo plazo, perderemos la migración de las monarcas debido al aumento de las temperaturas en marzo en Texas, al aumento de las temperaturas de verano en el Alto Medio Oeste, a las temperaturas más cálidas que el promedio que retrasan las migraciones de otoño, al aumento de las condiciones de sequía en la Región Sur durante el otoño y a las temperaturas más altas que el promedio en los sitios de hibernación en México, A MENOS QUE reduzcamos significativamente los gases de efecto invernadero.
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