Son las dos caras de la moneda. Mientras muchos países y ciudades continúan con las normas extremas de sanidad, distanciamiento, confinamiento y encierro, en Wuhan, la ciudad considerada la cuna del coronavirus, la vida nocturna ha vuelto a la normalidad.
Desde este lado del mundo parece algo increíble. Pero en esa región del gigante asiático de aproximadamente 11 millones de habitantes, que se fue a cuarentena el 23 de enero del año pasado, los jóvenes quieren dejar atrás el recuerdo del coronavirus y salir a divertirse.
Fiesta a tope
Así en el interior del antro llamado SuperMonkey, se pueden notar a los DJ’s mezclando la música con singular alegría, el ruido es ensordecedor, las luces y el humo están a tope, y los chicos y chicas chinas se preparan para una noche inolvidable.
Pocas medidas
Si bien es cierto que para ingresar al lugar no se necesita una lista VIP o un código de vestimenta, el cubrebocas es obligatorio y los guardias de la entrada miden la temperatura a los clientes, que en caso de superar los 37.3 grados no son admitidos.
Sin embargo, una vez adentro no todos siguen las normas del uso de la mascarilla. Pues, como sucede en estos lugares, los jóvenes disfrutan del ambiente, con la compañía de algunos tragos o cigarros. La distancia social no está prescrita aquí.
En algunos otros sitios, como en el club Imhan, se solicita el llamado código QR verde de salud, que indica el origen de la persona. Si el lugar del que procede tiene un foco de contagio no se le permite la entrada.
“He estado encerrado dos o tres meses. El país ha hecho frente muy bien a la pandemia del coronavirus, ahora puedo salir con absoluta tranquilidad a divertirme con mis amigos”, dijo Xu, un cliente poco más de 30 años a la agencia AFP.
