El cheque es un título de crédito para tener acceso a los recursos de un depositante, al que llamamos librador, que nos permite retirar una cantidad específica de dinero.
El banco que recibe los recursos se denomina librado. Operar recursos a través de cheques, al igual que con otros medios de pago, requiere seguir algunos pasos y recomendaciones para garantizar la seguridad de nuestros recursos.
En primer lugar, es importante verificar que, al recibir una nueva chequera, esté sellada y sólo el titular sea quien la abra. Posteriormente, hay que contar el número de cheques y verificar que los folios sean consecutivos.
Es oportuno evitar autorizar a terceras personas para que recojan los talonarios. En el caso de empresas, también es importante llevar un control sobre los talonarios y los saldos, así como saber quiénes pueden firmar cheques.
En caso de que un cheque se extravíe, o haya sospecha de falta de algún cheque, es importante comunicarse de inmediato a su banco, para que el título sea bloqueado y no pueda ser pagado. Hay que identificar también a quién se entregan cheques y, de preferencia sólo emitir cheques nominativos (que especifiquen quién puede cobrarlo). Al recibir un cheque, hay que asegurarse de que los cheques no tengan tachaduras o alteraciones.
Al usar la chequera, hay que evitar usar cheques “al portador”; verificar la literalidad de los cheques, para asegurarnos que los títulos son correctos; al momento de expedir uno, vale la pena asegurarnos de proteger los espacios al principio y al final de los datos del beneficiario. Finalmente, nunca está demás custodiar cualquier cheque en blanco.
Además de estas recomendaciones, existen distintos tipos de cheques especiales, que nos ayudan a dar mayor seguridad a nuestra tenencia de títulos de crédito.
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El cheque cruzado, por ejemplo, consiste en trazar dos líneas horizontales sobre el título. Con esto, el cheque queda automáticamente restringido para su pago en efectivo y únicamente puede ser depositado en un banco. Hay que tener en mente que, si el cheque es de un banco distinto al nuestro, en el que depositaremos los recursos, éste se reflejará hasta el día siguiente, posterior al medio día.
Con ello en mente, debemos poner especial atención al momento de comprar y vender bienes con cheques. También, vale la pena recordar que nunca debemos resguardar un cheque sin beneficiario firmado, pues se corre el riesgo de extraviarlo que alguien le dé un mal uso.
Desde hace un tiempo, gran parte de los bancos hemos implementado nuevos mecanismos de seguridad para cuidar a nuestros clientes. Cada vez más instituciones bancarias cuentan ahora con el cheque protegido.
Esta medida consiste en que el cheque no puede ser cobrado hasta que el titular de la cuenta que lo emite lo active, a través de los medios que cada banco ponga a disposición. Activarlo es posible desde la sucursal, la app móvil, con llamada telefónica o banca electrónica, entre otros.
Con el cheque protegido, ponemos a disposición el blindaje de cartera; la información de los cheques estará protegida en línea; el cheque sólo será cobrado por la cantidad emitida; y será más fácil tener control sobre los cheques cobrados y por cobrar.
En la Asociación de Bancos de México estamos comprometidos con nuestros clientes y nos esforzamos cada vez más por proteger sus recursos. Por eso, como siempre, reiteramos: acérquense a su banco, estamos para ayudarlos.