La reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador cumplió 15 días de disputas públicas y advertencias entre el gobierno de la 4T y el sector privado; cuyo impacto podría terminar en tribunales internacionales y en la cancelación de 100 mil millones de dólares en inversiones.
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El propio mandatario advirtió –desde 9 de febrero pasado- que no le cambiará “ni un coma” a la iniciativa; porque ésta rescatará a la CFE de los daños causados por la “mal llamada reforma energética” del sexenio pasado y garantizará que la electricidad no suba de precio.
Del lado de los privados, organismos como el Consejo Coordinador Empresarial (CEE) advirtieron que la reforma –enviada el 29 de enero pasado al Congreso– es una “expropiación indirecta”; que elevará el costo de la electricidad, desatará demandas internacionales contra México y afectará los acuerdos del T-MEC.
La iniciativa, que ya fue aprobada en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, la semana pasada, y que fue turnada la Comisión de Energía del mismo órgano, da prioridad a la CFE en el despacho electricidad, sobre las empresas privadas y generadores de energías limpias.
También cancela los permisos de autoabastecimiento eléctrico a particulares; plantea revisar la legalidad y rentabilidad de los contratos entre el gobierno y generadores privados; y elimina la obligación de la CFE de comprar a los particulares la electricidad adicional que generen.
Reforma eléctrica traerá pérdidas millonarias
El especialista en Economía y Finanzas de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), Ramón Martínez, explicó que la reforma hará que México pierda 100 mil millones de dólares en inversiones para sector energético; comprometidos por la IP, en enero de 2020, como parte del Plan Nacional de Inversiones.
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Señaló que, de entrada, la eventual suspensión de contratos y permisos a los generadores privados de electricidad, provocaría la salida o cancelación de 40 mil millones de dólares; que ya son parte de los nuevos proyectos, plantas e infraestructura eléctrica creada por empresas nacionales y extrajeras.
El experto advirtió que, si se aprueba y entra en vigor la reforma eléctrica, México será demandado en cortes internacionales por incumplimiento de contratos; y en caso de perder, sería obligado a resarcir el daño -40 mil millones dólares- más 30% -otros 12 mil millones- por el costo del proceso y sanciones correspondientes.
“Los daños de esta reforma se extenderían a una contracción de hasta 0.3% del PIB; lo que implica mayor desempleo, menos ingresos y hasta pobreza para los sectores de la sociedad menos favorecidos
“Ello sin contar las disputas internacionales al interior del T-MEC, por no favorecer la generación de energías limpias; y el atraso de 50 a 60 años que significa apostar por las plantas e instalaciones de la CFE, en lugar de la generación eólica o fotovoltaica”, puntualizó Ramón Martínez.
Ecos del conflicto
CCE:
“La reforma eléctrica es una expropiación indirecta; que intenta impedir, arbitrariamente, la competencia en el sector eléctrico nacional; violando los derechos básicos de la libre concurrencia y la certeza jurídica”.
American Chambers:
“La reforma es un retroceso para la competitividad, el estado de derecho y el desarrollo sustentable. No es consistente con los compromisos asumidos por México en el marco del T-MEC; al no reconocer derechos adquiridos y el otorgamiento de los contratos”.
Coparmex:
“De aprobarse lo propuesto en la iniciativa, el riesgo de tener una industria eléctrica monopolizada es alto; lo que restaría certidumbre para la competencia y tendría mayores costos para el consumidor final y menor calidad en el servicio”.
Miguel Reyes, director general de CFE Energía:
“Es necesario rescatar a la CFE, porque la reforma energética del expresidente Enrique Peña Nieto ha causado daños a la nación por 412 mil 410 millones de pesos, por contratos con Productores Independientes de Energía; también incrementó en 35% en las tarifas eléctricas”.
Roció Nahle, secretaria de Energía:
“No vamos a expropiar nada. Todo este ruido de que vamos a expropiar; de que no queremos las energías intermitentes; de que va a costar más cara la electricidad, todo eso no es cierto”.
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