Durante esta madrugada, fueron identificados los cuerpos de los 11 trabajadores de la construcción asesinados a balazos la noche de sábado en una masacre perpetrada por la delincuencia organizada en la colonia Jauja del municipio de Tonalá.
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Aunque se mencionó que había adolescentes entre los fallecidos, se informó que las edades de las víctimas van desde los 18 hasta los 64 años de edad y al momento de la agresión, departían con bebidas embriagantes en el banquetón de la calle Rusias Negras, a su cruce con Emiliano Zapata, 900 metros de su entronque con la carretera libre a Zapotlanejo,.
Vecinos mencionan que los fines de semana los trabajadores se reunían en este punto para convivir después de la jornada de trabajo.
“Eran tranquilos, se compraban su six y no hacían relajo ni nada. Sabe por que los matarían, dos vivían ahí en esa casa y ahí afuerita les acribillaron”, narró uno de los vecinos.
El más grande de los fallecidos, de 64 años, era jefe de cuadrilla y al momento del ataque se encontraba con sus hijos Moisés y José Luis, quienes fallecieron en el acto, al igual que sus sobrinos de nombres Luis Alberto y Ricardo.
Se informó que dos de las víctimas fatales eran vecinos de la calle Rusias Negras, donde ocurrió el ataque, los demás eran residentes de otras calles de Jauja, Tateposco, Santa Paula y La Ladrillera, todas ellas colonias tonaltecas.
Las dos personas lesionadas fueron identificadas como Caridad de 29 años y Salvador de 14, quienes atendían un puesto de dulces a unos pasos del sitio del atentado y quienes fueron heridos en las piernas y fueron llevados a un puesto de socorros. Caridad perdió a su esposo y suegro en este atentado.
Se informó que estas personas se encontraban esperando el pago de su semana cuando fueron agredidos por el comando armado.
De los occisos tres quedaron sobre la banqueta, dos debajo de una camioneta Nissan Pick Up color rojo de redilas, (propiedad de uno de los fallecidos), cinco entre el machuelo y este vehículo y uno más trató de guarecerse en una casa, pero falleció en el inmueble. En el sitio se encontraron más de 100 casquillos percutidos de armas largas y cortas, y envases de cerveza. Junto a los cuerpos se hallaron otras seis cervezas todavía sin abrir.
Esta mañana el sitio del atentado permanece resguardado por militares, pero ya fueron retirados los acordonamientos. Sobre el banquetón donde ocurrió el ataque se pintó de blanco, aunque las manchas de sangre en muros y piso todavía alcanzan a asomarse. También se colocaron varias veladores y un sacerdote acudió a bendecir el lugar.