Hace un año, con el inicio de la pandemia de Covid-19, Joaquín quiso poner parte de su dinero en un negocio que le diera buenos rendimientos, decidió hacerlo en la empresa de unos amigos que se dedican al intercambio de divisas; sin embargo, meses después, el panorama que parecía prometedor se desvaneció debido a que AE Group, ubicada en Puebla, dejó de pagarle los rendimientos por su dinero y tampoco le regresó la cantidad invertida.
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Su caso no es aislado, pues decenas de personas han pasado por los mismo con dicha empresa, la cual durante los primeros años de sus operación entregó los rendimientos correspondientes en tiempo y forma, después hizo un ajuste en los contratos para entregarles sus ganancias de manera anual debido al costo de bajar los recursos de las plataformas en las que se hace el intercambio, lo cual no representaría mayor problema y no causó incertidumbre en su cartera de clientes.
En entrevista con Publimetro, Joaquín narró que AE Capital nació hace unos siete años, fue creada por Antonio Echeverría, quien se graduó como médico a inicios de los 2000, en conjunto con una amiga de nombre Daniela Berlín se dedicaron a un negocio de consultorios médicos, pero con el paso de los años Echeverría aprendió a hacer intercambio de divisas, proceso conocido como Forex, negocio al que luego se integró Gabriel Ortega.
“Al inicio el negocio operaba como una persona física, tomaron recursos de amigos y familiares, en algún momento fundaron AE Capital, empiezan a invitar a gente masivamente para invertir, puedo estimar que cuando menos 500 personas, esto lo digo porque un tío que también invirtió tenía el número 400 y tantos, esto fue hace dos años y yo aún no tenía contemplado recurrir a ellos, sabía que les iba muy bien, pero no estaba en ese momento en capacidad de invertir”.
Las invitaciones comenzaron a circular entre el circulo de amigos que se conocieron hace más de 20 años en la universidad, así como con las familias de cada uno de ellos. Con el paso del tiempo, Diego Berlín, hermano de Daniela, constantemente le insistía que se animara a invertir en AE Group, pero al estar enfocado en otros negocios no accedió.
Pero el panorama cambió al inicio de la pandemia, ante la incertidumbre de lo que depararía el Covid-19, su dinero lo invirtió con ellos, no había nada que le indicara lo contrario y a mediados de año concretó la transacción; la pesadilla inició dos semanas después, cuando en un chat de amigos de la universidad empezaron a decir que desde abril dejaron de pagarles y que incluso les enviaron una carta para notificarles esta situación.
“Yo metí mi dinero a mediados de años porque confié en este tipo que se decía mi amigo, le pregunté que si con la pandemia no habían tenido ningún inconveniente y me aseguró que no. Era su obligación decirme que tenían este problema de no pagar desde meses antes, eso ya fue dolo, abuso de confianza y fraude.
“Mi situación es muy complicada tuve que pedir dinero prestado para poder vivir, mi contrato con la empresa terminó en octubre y en esa fecha nos dijeron que en febrero nos pagarían, pero era necesario extender el contrato por otros tres meses, llegó la fecha y no nos han pagado, lo peor es que siguen buscando inversionistas pese a que este robo se ha hecho público en medios y redes sociales en las que se denuncia cómo nos estafaron”, añadió.
Joaquín estimó que las afectaciones alcanzan varios millones de pesos, pues tan sólo en uno de los chats de amigos en los que comenzaron a recibirse las quejas, 30 personas invirtieron al menos un millón de pesos, pero AE Group tiene más de 400 clientes.
Uno de sus amigos estuvo a punto de ser una víctima, vendería un terreno para invertir con ellos en noviembre pasado, es decir, siete meses después de que les dejaron de pagar, pero en una plática casual con Joaquín le advirtió la situación en la que estaba él y muchos más sin que tengan respuesta de AE Capital.
Finalmente, Joaquín, sus familiares y amigos que están en la misma situación sólo esperan que AE Capital les regrese su patrimonio, así como alertar a otras personas que tengan el interés de invertir en dicha empresa, pues lejos de tener una situación económica holgada, se van a enfrentar a un largo dolor de cabeza, como también le ocurrió a Paulina.