El Talibán declaró el martes una «amnistía» en todo Afganistán e instó a las mujeres a unirse a su gobierno. El grupo extremista trata de calmar los nervios en la tensa capital, Kabul, que en la víspera vivió un caos en su aeropuerto mientras la gente trataba de escapar de su gobierno.
Las declaraciones de Enamullah Samangani, miembro de la comisión cultural de los talibanes, son las primeras sobre gobernanza a nivel federal tras su ofensiva relámpago sobre el país.
Aunque no hubo reportes destacados de abusos o combates en Kabul, muchos residentes se quedaron en sus casas. Siguen atemorizados luego de que la toma de poder de los insurgentes vació cárceles y armerías.
«El Emirato Islámico no quiere que las mujeres sean víctimas«, afirmó Samangani, al utilizar la denominación insurgente para Afganistán. «Deben estar en la estructura del gobierno de acuerdo con la sharia».
«La estructura del gobierno no está todavía clara, pero con base en la experiencia, debería haber un liderazgo totalmente islámico y todas las partes deberían sumarse», agregó.
Samangani comunicó a la gente ya conoce las reglas de la ley islámica que los talibanes esperan que se siga.
«Nuestro pueblo es musulmán y no estamos aquí para forzarlo al islam», añadió.
Bajo el gobierno talibán, que se rige por una estricta interpretación de la ley islámica, las mujeres están confinadas en gran medida a sus casas. Los insurgentes tratan de proyectar una mayor moderación en los últimos años, pero muchos afganos siguen siendo escépticos.
Huida en medio del pánico
El lunes, miles de afganos acudieron al principal aeropuerto de Kabul, y algunos estaban tan desesperados por escapar de los talibanes que se aferraron a un avión militar durante el despegue y fallecieron al precipitarse. Al menos siete personas perdieron la vida durante el caos.
Un resuelto Joe Biden dijo en un mensaje a la nación que se reafirmaba «totalmente» en su decisión de sacar a los soldados de Estados Unidos del país. El mandatario dijo que enfrentaba la elección entre cumplir el acuerdo de retirada negociado previamente o enviar miles de soldados más para iniciar una tercera década de guerra.