Dentro de los vehículos icónicos del séptimo arte, éste es sin duda de mis favoritos. El Porsche 911 en Bad Boys que maneja el personaje de Will Smith al día de hoy es uno de los modelos más codiciados no sólo dentro de la gama del 911 sino en todo Porsche.
El 964
El Porsche 911 en Bad Boys es la iteración que se le conoce internamente por la marca como el 964, fabricado y vendido entre los años de 1989 y 1994.
Se trata de la versión Turbo 3.6 litros producido en su año final en 1994. Solamente 1,427 ejemplares fueron producidos en total representando solamente el 2% de las unidades producidas en total de esta generación por la marca. Esto lo convierte en uno de los modelos más raros y codiciados de la marca junto con el 959 y el Carrera GT.
Este coche en particular además es el último de la generación en tener tracción trasera en sus modelos turbo antes de migrar a un sistema all wheel drive. Gracias a la revisión de su motor, contaba con menor turbo lag y una potencia sobre saliente de 355 caballos de potencia.
El Porsche de la película
El Porsche 911 en Bad Boys se convirtió en una leyenda gracias a Michael Bay, el director, quién se encontraba en una situación complicada. Aunque no lo creas, el presupuesto de la película era bastante bajo a lo esperado de una producción de Hollywood. Los 19 millones de dólares de presupuesto dejaban cortos al equipo de producción para muchas escenas planeadas. Y entre esas escenas, las que involucraban al coche parecían estar en peligro de ser cortadas.
Michael Bay relata que la producción no podía rentar un ejemplar para la película. Y al tratarse de un coche muy especial, la marca optó por no prestarlo. ¿Cuál fue la solución? Michael Bay tuvo que prestar su propio Porsche 911 Turbo para poder filmar las escenas que vimos en pantalla.
Está confirmado que el Porsche 911 en Bad Boys pertenece al director, Michael Bay. Sin embargo, posteriormente se corroboró que conforme la producción fue avanzando, otros dos ejemplares se consiguieron para ciertas escenas.
No obstante, este ejemplar del 964 permanece como uno de los coches más codiciados de la historia de la firma germana.