Mariana Gómez del Campo, senadora de la República
En los cuatro años de administración del Presidente Peña Nieto se han realizado 17 cambios en su Gabinete. El relevo en la administración federal es una clara señal de la inestabilidad en este gobierno, particularmente en los órganos de seguridad y procuración de justicia como lo es la PGR.
Hay casos emblemáticos que siguen sin ser resueltos como la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, lo sucedido en Tanhuato y Tlatlaya, el asunto de la extradición de Joaquín Guzmán Loera, la captura de políticos corruptos como Javier Duarte, el esclarecimiento de los hechos de Nochixtlán; a ello hay que sumar el proceso de transición institucional hacia la nueva Fiscalía General de la República. Todos ellos serán parte de los retos que enfrentará el nuevo titular de la PGR.
Los problemas en esta arena son de gran magnitud, basta recordar que el primer procurador de este sexenio se vio envuelto en los cuestionamientos por la “verdad histórica” del caso Iguala y por su tristemente célebre frase “Ya me cansé”.
Precisamente, la exigencia para Raúl Cervantes es “no cansarse”, sino hacer cuanto esté en sus manos para que en los 2 años que le quedan al sexenio se disipen las dudas, los señalamientos por incapacidad y se devuelva la confianza a esa institución clave. Cervantes, es licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana, doctor en Derecho por la Universidad Panamericana y tiene cuatro especialidades en derecho corporativo, financiero, de comercio internacional, penal y amparo. Ha fungido como profesor en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, diputado federal y senador de la República.
En el Senado y particularmente durante su Presidencia, Raúl Cervantes mostró tener capacidad de negociación, conocimientos jurídicos y voluntad para construir consensos. Incluso, participó en la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción del que ahora será actor clave. Por todo ello, tiene un voto de confianza por parte del PAN, esperamos que su perfil permita que se consoliden los cambios a favor de la impartición de justicia, del respeto a los derechos humanos, que combata la corrupción, la inseguridad, y que su influencia permita mostrar a México como un Estado de Derecho que sea plataforma para la estabilidad económica.
México requiere instituciones fuertes y que los ciudadanos creamos en ellas. Un freno para el desarrollo de nuestro país es la corrupción, este es el momento de demostrar que en los hechos, más que en los discursos, nadie puede estar por encima de la ley. Urge dar un golpe de timón.
Marcela Guerra, senadora de la República
Desde el 26 de octubre del año en curso, contamos con un nuevo Procurador General de la República en la persona del Senador con licencia, Raúl Cervantes Andrade, un prestigiado abogado que cuando encabezó el máximo órgano de gobierno del Senado de la República desempeñó su función con sensibilidad, imparcialidad y con apego a la ley.
Como el abogado de la nación tendrá que investigar y perseguir una serie de casos de interés nacional, entre los que se encuentran la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y cumplimentar la orden de aprehensión en contra de Guillermo Padrés y Javier Duarte.
En el mismo sentido, tendrá que encaminar esfuerzos para transitar exitosamente de la Procuraduría hacia la Fiscalía General de la República “FGR”. Al aceptar la encomienda, Cervantes subrayó la imperiosa necesidad de que la institución que recibe cuente con la autonomía de los tres poderes de la Unión. Lo anterior para que las actuaciones de la actual PGR no estén influidas ni restringidas por ninguna autoridad.
Ante una sociedad que está ávida de conocer la verdad, que clama justicia y reparación del daño, se espera que el procurador Raúl Cervantes ofrezca resultados a la brevedad e impulse políticas públicas a nivel nacional que fortalezcan el sistema de justicia penal acusatorio, a fin de que los procedimientos penales sean más justos, agiles, transparentes y respetuosos de los derechos humanos.
Es imperioso que entre sus primeras acciones lleve a cabo una depuración del personal administrativo y operativo de la institución que encabeza, a fin de que prevalezcan funcionarios con el compromiso de cumplir a cabalidad con el código de conducta que fue diseñado para atender principios del Nuevo Sistema Penal. Así mismo, deberá asegurarse que el programa de trabajo que le solicitó entregar el Senado de la República los próximos 90 días, contemple plazos específicos para concretar con evidencias, la calidad de las instituciones de seguridad y procuración de justicia.
Ante delitos que han vulnerado la cohesión social del país como la delincuencia organizada, homicidio doloso, violación, secuestro, trata de personas y delitos contra la salud, es imprescindible la pulcritud de las investigaciones y la adecuada integración de las carpetas de investigación a fin de que cuando se dicte sentencia ésta sea apegada a la ley.
También es imprescindible que desde la PGR revierta las inercias de las prácticas añejas de la procuración de justicia y que lidie con el poder judicial que se ha convertido en un obstáculo para abatir la impunidad.
Hacemos votos para que continúe prevaleciendo la cooperación internacional entre la PGR y sus pares en otros países, dado que la delincuencia organizada es un delito que generalmente, es de carácter transnacional.
Desde el Senado de la República continuaremos dotando a la PGR de herramientas que le permitan desempeñar sus tareas con eficacia, especialmente al ratificar instrumentos internacionales que han sido firmados por el ejecutivo federal en materia de extradición, combate a la delincuencia organizada, corrupción y lavado de dinero.
Muchos piensan que el procurador Cervantes se ha sacado la rifa del tigre, pero su perfil puede con eso y con más.