El 19 de septiembre de 2017 será un día recordado por la gran mayoría de los mexicanos debido al sismo de 7.1 grados Richter que azotó varios estados del país, incluida la Ciudad de México, dicho fenómeno natural cobró más de 400 vidas humanas y arrojó pérdidas superiores a los 40 mil millones de pesos. De acuerdo con cifras producto de la evaluación del desastre que realizó el Gobierno de la Ciudad de México, esta tragedia dejó un saldo de 228 personas fallecidas, 16 mil 630 construcciones con daños que van desde pérdida total, daños severos hasta daños leves y, por otra parte, 2 mil 544 comercios afectados.
Indudablemente, el mes de septiembre marcó al país por la tragedia tan grande que nadie esperamos que ocurriera. Aún se percibe miedo, tristeza y preocupación por lo que ocurrirá en un futuro. De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico de la ciudad, a partir de la tragedia se pierden 7 millones de pesos diarios debido a las afectaciones que sufrieron los negocios, por ello a partir de este acontecimiento tan trágico el gobierno capitalino emprendió una serie de acciones para que de manera emergente se mitiguen afectaciones y daños menores.
Los daños que generó el sismo 19S son cuantiosos y las familias afectadas demandan acciones urgentes, hay familias como en el caso del Multifamiliar de Tlalpan que viven en casas de campaña o bajo lonas. Si bien la administración central dispuso de inmediato recursos para solventar los daños más graves, no ha sido suficiente, ya que sí recorremos las calles podemos observar cientos de construcciones dañadas y peor aún a personas viviendo en la calle debido a los daños ocasionados a sus viviendas. El Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera hasta el momento, ha dispuesto de una serie de apoyos para evitar que la ciudad paralice sus actividades ordinarias y para atender en una primera fase una parte de los daños, que van desde la inversión de 1,600 millones de pesos para reconstrucción de viviendas, 650 créditos para negocios, 140 mil millones para apoyo en renta para damnificados, se han realizado cerca de 400 mil visitas domiciliarias para atención médica entre otros apoyos.
Recientemente, la Asamblea Legislativa aprobó modificaciones al Decreto de Presupuesto de Egresos de la Ciudad de México para el ejercicio 2018 donde se determinó la cantidad de 8 mil 792 millones de pesos para la reconstrucción, sí bien la ejecución sería a través del Gobierno de la ciudad, en un principio indicaba que contaría con la supervisión de dicho órgano legislativo, por ello el Jefe de Gobierno envió una serie de reformas a los artículos 13 y 14 de dicho ordenamiento para que sea la Secretaría de Finanzas la encargada de la ejecución y distribución del gasto debiéndose apoyar por la Comisión para la Reconstrucción.
Más allá de polémicas y tratándose de un asunto delicadísimo por la emergencia que ha padecido la ciudadanía, es de vital importancia que se tomen una serie de consideraciones para atender a todos los afectados: en primer término, se debe escuchar y atender las peticiones de los colectivos de afectados y damnificados, establecer criterios eficientes de fiscalización, transparencia y evaluación para evitar que los recursos se empleen en asuntos que no tienen que ver con la reconstrucción, contar con un censo perfectamente delimitado para saber en dónde deben canalizarse esfuerzos y recursos y finalmente garantizar los derechos de todos los afectados, no debe quedar persona alguna sin ser atendida y apoyada.
Me parece que el Dr. Miguel Ángel Mancera y su administración han hecho un esfuerzo desde el primer momento para reaccionar ante la tragedia y actuar para buscar soluciones. Ya que se cuenta con recursos etiquetados, esta administración debe de actuar de manera muy rápida y eficiente para llegar a todos y cada uno de los damnificados. Considero que es importante que el proceso de reconstrucción se lleve a cabo mediante la colaboración de todos los sectores de la sociedad y con estricto apego a mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, para que de manera unida logremos apoyar al 100% de los damnificados, la ciudad lo merece. Mi propuesta es crear un sistema de indicadores para conocer a quienes se está apoyando, qué requerimientos tienen los damnificados y el nivel de avance en el apoyo. Hay que dar certidumbre a los afectados pero también a los miles de mexicanos y extranjeros que aportaron recursos y donativos.
Reflexión: no debemos olvidar el impacto que dejó esta tragedia en nuestra querida Ciudad de México y adicional a la reconstrucción debemos reforzar la seguridad de la ciudad, establecer de manera urgente un nuevo reglamento de construcciones, rediseñar los mecanismos de atención y coordinación de emergencias, robustecer la red de sismógrafos, informar y capacitar a la población de las medidas preventivas que se deben realizar para evitar la pérdida de vidas. No es un asunto menor, estamos en una zona de alta sismicidad y debemos estar preparados ante cualquier fenómeno natural.