Durante el fin de semana largo, sucedió que la mayoría estábamos sumando a los más de 100 mil millones de pesos de ganancias netas para los establecimientos mexicanos, de acuerdo con la Concanaco. También ocurrió que el Banco Interamericano de Desarrollo publicó el Informe Millenials en América Latina y el Caribe, que da cuenta de las aspiraciones y el talento de jóvenes de 15 a 24 años. Casi la mitad de esta reserva de talento no sabe sumar.
El Informe da cuenta de un esfuerzo millonario, patrocinado principalmente por el Centro de Investigación para el Desarrollo (IRDC), agencia canadiense para el desarrollo global, para el diagnóstico de la situación de los jóvenes en Brasil, Colombia, El Salvador, Haití, México, Paraguay, Perú y Uruguay. El estudio es relevante para entender el futuro económico de la región, si entendemos que ésta es la reserva de talento de los mercados.
En el estudio participaron más de 15 mil jóvenes entre 15 y 24 años, principalmente como personas que fueron entrevistadas acerca de sus competencias, aspiraciones, y sus vidas en general. El diagnóstico es inquietante, pues da cuenta de un escenario retador en todos los países de América Latina, pero también permite cimentar política pública.
Como se comentó antes, casi la mitad de los jóvenes en esta edad no cuentan con competencias básicas de preescolar o primeros años de primaria, como realizar sumas de dos dígitos. Se sabe también que en Latinoamérica, prácticamente la mitad de jóvenes de esta población viven en condición de pobreza.
Además de sus competencias cognitivas, como la destreza matemática, el estudio hizo énfasis en las competencias no cognitivas. Para los empleadores, características como la afabilidad, la perseverancia o el autocontrol son relevantes para suplir o complementar competencias cognitivas. Poco sirve que un gerente sea capaz si no cumple las metas, o no puede guiar al equipo de trabajo.
El estudio de México se centró exclusivamente en la Ciudad de México. De acuerdo con el BID, es la ciudad de Latinoamérica con mayor número de jóvenes fuera de la escuela y del trabajo, lo que Zedillo tristemente llamó NiNis (Ni Estudian Ni Trabajan) en una malograda traducción del término NEET (No en Educación, Empleo y entrenamiento para el Trabajo).
También llama la atención que las amas de casa fueron consideradas NiNis. Para el BID, las mujeres, al menos las jóvenes de esta edad, no deberían estar en casa al cuidado de otras personas, sino en la escuela, el trabajo o ambas. Es provocador, pero en realidad no parece haber una manera alternativa de alcanzar la paridad de género en el mercado laboral. El BID busca empujar la política pública de género vía esta definición concreta.
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¿Son estos “ninis” un grupo de jóvenes descarriados y flojos? El estudio es claro al proponer que no. Los “ninis” son una expresión de la falta de oportunidades. En cada país, los “ninis” son más pobres que sus pares que sí estudian, trabajan o hacen ambas actividades.
De los jóvenes que trabajan, México cuenta con la mayor proporción trabajando en la informalidad, sólo con excepción de los jóvenes de Haití. Los jóvenes mexicanos además, experimentaron ser padres antes que los jóvenes en otros países. Interesante también, los jóvenes mexicanos hablan menos inglés que sus pares en Chile, Colombia o El Salvador. Pero la geopolítica obliga a que cada joven mexicano sí domine el idioma inglés.
El estudio mexicano fue conducido por los talentosos economistas Roberto Vélez, Eva Arceo, Raymundo Campos, Claudia Fonseca y Rocío Espinosa.
¿Qué se puede hacer frente a esto? Educación compulsoria es claramente una respuesta. En México hemos visto la educación como una responsabilidad del gobierno, que no involucra a la gente. Dar dinero a la gente para que los chicos se queden en la escuela ha ayudado, pero tiene que interactuar con la política de población. Seguimos creciendo a tasas cercanas a 2, y quienes más se reproducen son quienes menos pueden enfrentar este problema, tal como de hecho ilustra este estudio.
Hay que focalizar la política a las mujeres. Si con mayor frecuencia abandonan la escuela y el mercado laboral, resulta preciso reentrenarlas. No a la siguiente generación. A ésta. Esto incluye regresar a la formación de las competencias básicas si es preciso. Son empleables, pero no así.