Los acontecimientos más recientes en los que la violencia de género ha tomado el protagonismo en prácticamente todas las dinámicas de convivencia entre hombres y mujeres (laborales, sociales, familiares, etcétera), y que incluso han derivado en dramáticos episodios de feminicidios, nos obligan a aquellos cuya trinchera está en la terapia y el consultorio a cuestionarnos y a replantearnos cómo es que casi de la nada hemos llegado a extremos tan incomprensibles como inconcebibles en los que ambos géneros literalmente viven a diario en una inverosímil guerra por la supervivencia cuando de lo que se trataba era de que damas y caballeros viviéramos en un mundo donde los verbos amar, convivir, proteger, respetar, entender y tolerar supuestamente debían ser la columna vertebral de todas nuestras sinergias.
Evidentemente, en este contexto, tenemos que considerar que todo exceso es dañino para el ser humano. Así que mientras por un lado vemos cómo, a manera de volcán en erupción, entra en acción un feminismo que raya en el fanatismo religioso; por el otro lado tenemos que ponderar como muchísimas de las conductas machistas que creíamos ya erradicadas están de vuelta y con más fuerza que nunca. ¡Vaya caldo de cultivo!, ¿no creen?
Y para botón de muestra podemos tomar la antiquísima dinámica de los halagos y los piropos, práctica que en la actualidad podemos considerar que ya está al borde de la extinción porque en distintas latitudes muchísimas mujeres han llegado a instancias inimaginables en las que varios hombres han sido denunciados y encarcelados porque esta acción fue considerada una especie de acoso sexual e incluso los abogados defensores de algunas de ellas han logrado que a los señalados por piropear a una mujer les sean fincados cargos de violación o abuso sexual.
Lo anterior nos arrastra a una interrogante ineludible: ¿Son todos (los halagos y los piropos) acoso sexual? Obviamente para los expertos del lenguaje, sobre todo del escrito, se trata de un tema semántico, pero para quienes condenan este tipo de manifestaciones se trata de una forma degenerada de machismo porque se trata de un acercamiento verbal no consensuado por parte de un desconocido carente de cortesía alguna para quien es proferido.
Además, el acoso verbal, como una forma de violencia es una de las prácticas más comunes dentro de nuestra sociedad. Sin embargo, tampoco podemos ir de un extremo al otro considerando a todo aquel que emite un piropo o un halago a una mujer es un acosador o un violador o alguien que merezca ir a la cárcel por su comportamiento. Cierto, es muy importante que como sociedad podamos erradicar todo tipo de violencia hacia las mujeres, principalmente cuando éstas se encuentran en una posición de vulnerabilidad; pero al mismo tiempo también es imperativo que alcancemos un nivel de entendimiento que nos permita entender que no se puede medir a todos con la misma vara, porque cada individuo y su circunstancia son únicos. Y aquí me estoy refiriendo tanto a las mujeres como a los hombres.
¿Hay piropos mal intencionados? ¡Por supuesto que sí! ¿Hay halagos simples, que no llevan implícita una carga de vulgaridad por parte de quien los emite? Me parece que sí. Por lo mismo, las conductas inapropiadas de quienes recurren a éstas deben ser erradicadas desde el seno familiar mismo, desde la niñez del individuo, a quien se le deben inculcar valores que en todo momento consideren que los hombres y las mujeres son seres complementarios y que no hay razón alguna para generar brechas de divisionismo entre éstos porque al final del día son entes totalmente distintos estructural y emocionalmente. Y, sí, las campañas para concientizar a aquellos que suelen recargarse en este tipo de conductas son sumamente útiles para quienes las emprenden, pero quienes las diseñan están abordando la situación desde una sola perspectiva y así difícilmente se va a lograr el éxito.
Y no olviden que todos jueves a punto de la medianoche y los domingos a la 1:00 de la madrugada los espero en su programa “Exclusivo Para Hombres”, que se transmite por Telefórmula (por favor chequen su sistema de cable preferido para verificar nomenclatura del canal).