Para López Obrador “vamos requetebién” en materia de Migración; en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Donald Trump agradeció al tabasqueño por su “gran cooperación” para contener la migración desplegando más de 25 mil efectivos de la Guardia Nacional para detener migrantes. Aunque el gobierno mexicano echó las campanas al vuelo y celebran hacerle el trabajo sucio a la administración Trump, la política migratoria está muy lejos de tener un enfoque de derechos humanos.
La crisis humanitaria en Venezuela es tal que ya son 4.6 millones los que han abandonado su país para migrar a otras naciones, según datos de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Los principales receptores de migrantes son Colombia con 1.6 millones de venezolanos, Perú con 900 mil, Estados Unidos con 422 mil y Chile 400 mil. Lo anterior demuestra que el rompimiento del orden constitucional en Venezuela y el deterioro de la calidad de vida de sus habitantes debido al sistema económico implementado por la llamada “Quinta República” impulsada por Hugo Chávez, ha generado una crisis migratoria continental.
En ese contexto, México es de los países de la región que alberga la comunidad más pequeña de venezolanos que apenas alcanzan 70 mil personas, principalmente por la distancia entre ambos países. Sin embargo, lo que hoy sucede en nuestro país es inaceptable pues en los Aeropuertos de la Ciudad de México y Cancún se está impidiendo la entrada al país a venezolanos sin distinguir entre potenciales refugiados o turistas, sino que los aíslan violentando sus derechos humanos sin razón alguna incomunicándolos. Según datos de la Organización Sumando Venezuela, en los últimos 50 días los agentes del Instituto Nacional de Migración han negado la entrada al país a 500 turistas venezolanos que tenían sus papeles en regla.
Lo peor es que los hermanos sudamericanos se encuentran en total indefensión pues el Consulado de Venezuela en México, que debiera proteger a sus connacionales y prestarles asistencia según lo dispuesto en la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, no lo hace pues los considera desertores del proyecto socialista. Recordemos que para el régimen de Nicolás Maduro los venezolanos que salen del país son como traidores que huyen del régimen bolivariano para integrarse a otro país donde sus familias puedan tener una mejor calidad de vida; tan es así que, en agosto de 2018, Maduro calificó a los migrantes venezolanos como “esclavos y mendigos”.
Aunque el Comisionado Francisco Garduño Yánez, titular del INM, afirmó que “se sancionará a los funcionarios que lleven a cabo algún maltrato o incumplan los principios de no discriminación”, las violaciones a los derechos humanos siguen sucediendo. Lo que es grave es que los venezolanos están siendo revictimizados por el gobierno mexicano ya que salen de su país por la crisis integral que viven y lleguen al nuestro para ser criminalizados, pese a contar con sus documentos en orden, lo que implica un acto de discriminación sistemático y grave.
Esto muestra que la estrategia para reducir los flujos migratorios es contener y deportar. A inicios de septiembre, la Secretaría de Relaciones Exteriores destacó que logró reducir el flujo migratorio hacia Estados Unidos en un 56%, resultado directo de la persecución de migrantes. Actualmente, para abordar un avión al norte del país o un autobús, es necesario que presentes una identificación que te acredite como mexicano, de lo contrario eres cuestionado por el INM.
Es tiempo de dejar de ver al migrante como una carga para la sociedad mexicana y plantear una estrategia que contemple la inserción social y la integración laboral. México siempre ha sido un país de brazos abiertos, lo demuestra nuestra historia, hoy no podemos cambiar esa postura cerrando nuestras puertas a quienes más lo necesitan. Al tiempo…