Cuando me dicen: “Helios, ¿qué puedo hacer para que mis hijos tengan un mejor futuro?” Les digo: “Programa y Reprograma, Aprender y Practicar”. Querido lector de Publimetro, trabajar con nuestras creencias limitantes no es cosa fácil, sin embargo, es algo que todos podemos (y necesitamos) trabajar día a día si es que queremos mejorar nuestro futuro, pero sobre todo el de nuestros hijos.
Déjame explicarte:
El ser humano, tú y yo; somos cuerpo, mente y espíritu, con experiencias, creencias y emociones a lo largo de nuestra vida. Cuando nacimos vinimos al mundo perfectos. Imagina que el ser humano es como un teléfono celular, cuando lo compramos está listo para usarse con su paquetería básica. Quien lo compra, lo configura a partir de lo que sabe, necesita y espera del teléfono, le descargamos aplicaciones que nos servirán a partir del uso que le daremos al teléfono. Lo mismo sucede cuando nacemos, somos configurados y programados por otras personas y nuestro entorno (desde el idioma, religión, ideas). Piénsalo un momento, ¿cuál es la palabra que más escuchamos de niños? ¡Acertaste! “NO”:
“No te subas ahí, que te vas a caer”, “No agarres esto”, “No puedes hacer eso”. Y lo más preocupante de todo es que nos siembran (y sembramos en los nuestros hijos) mensajes negativos todo el tiempo y es por eso que en la vida adulta creemos que “NO podemos lograr lo que queremos”, que “NO podemos ser felices”, que “NO somos capaces de nada”. Y entonces, ¿cómo les pedimos a nuestros hijos de 18 años que decidan a qué se quieren dedicar si nunca los hemos dejado decidir o siempre les hemos prohibido todo? Esto va “enflacando” nuestra esencia y desnutriendo nuestro ser.
La invitación es, el día de hoy, a NUTRIR el CUERPO, la MENTE y el ESPÍRITU de nuestros hijos (y de paso el nuestro). Podrás pensar: “Oye Helios, ¿esto cómo se hace si a mí que soy adulto nunca me lo enseñaron?”. A partir de 4 tips muy sencillos que te voy a compartir y te garantizo que, si desde hoy los pones en práctica, seguro desarrollarás seres humanos de excelencia.
- Para nutrir su cuerpo: Muéstrales cómo alimentarse sanamente, equilibra su nutrición sin importar si son veganos, vegetarianos, carnívoros, omnívoros, etc. Busca eliminar los refinados, azúcares y harinas de su dieta (o por lo menos reducirlos). Enséñales a beber suficiente agua simple diariamente, para que su cerebro y cuerpo se mantenga en buen funcionamiento. Y, por supuesto, invítalos a desarrollar alguna actividad física, inscríbelos a alguna clase o bien salgan a andar en bici, jugar a la pelota, etc.
- Para nutrir su mente: Dedica el 1% del día a meter nueva información en su ser, acompáñalos cada noche a leer algún libro o escuchar algún audio que los convierta en mejores seres humanos; información que les enseñe a definir metas, que desarrolle en ellos nuevas habilidades humanísticas, financieras y otras que los conviertan en personas altamente productivas.
- Para nutrir su espíritu: Fortalece su autoestima, todos los días diles que los amas, empodéralos, déjalos decidir, invítalos a atreverse a enfrentar nuevos retos, reconoce sus logros y déjalos soñar, pero muéstrales que los sueños para convertirse en realidad necesitan transformarse en una META (es decir un SUEÑO con fecha de cumplimiento y un PLAN DE ACCIÓN bien definido para lograrse).
- La gente hace lo que ve. Estos 3 tips para nutrir al ser de tus hijos de manera integral, no son exclusivamente para los niños de nuestra vida, practicar estos nuevos hábitos nos ayudará a limpiar las creencias que instauraron nuestros padres, tutores, entorno, maestros, etc., y lo más importante, harán que nuestros niños sientan CONGRUENCIA y al ver el ejemplo nos dará (y les dará) el PODER para alcanzar sus sueños.
Hoy te quiero invitar a que reflexiones cómo estas programando a tus hijos, qué experiencias, creencias y emociones estás promoviendo en ellos, si todo lo que les dices y haces los llevan a ser mejores personas o a sentirse poca cosa. Empieza a verlos como lo grande y exitosos que quieres que sean y comienza a reconstruir unos sólidos cimientos para que ellos construyan un gran rascacielos.