Cada día, la forma de enseñar y aprender está cambiando. En la educación ha sido un poco más lento que en otras áreas, pero está sucediendo. Uno de los cambios que cuesta más trabajo entender y asimilar por las generaciones que no vivieron el Internet en su adolescencia es la educación virtual, también conocida como e-learning.
La educación virtual se puede definir como la enseñanza en un entorno de aprendizaje donde el maestro y el estudiante están separados por tiempo o por espacio o por ambas características. El maestro proporciona el contenido del curso a través de recursos multimedia, Internet, videoconferencia y todo tipo de aplicación para hacer la transmisión de información y aprendizaje de los estudiantes factible.
Una de las principales creencias equivocadas de este modelo de educación, es que el alumno recibe un texto por Internet, lo lee y posteriormente presenta un examen y así es evaluado sin ningún tipo de interacción con alumnos y profesores.
En la educación virtual, si puede existir la interacción con el profesor y estudiantes para lograr un mejor aprendizaje. En la forma tradicional, que la mayoría estudiamos, el encuentro con el profesor y las preguntas del estudiante son directas y de manera presencial.
En la enseñanza virtual no existe este tipo de contacto, pero se puede lograr el mismo resultado de diferentes formas:
1) Sincrónica: cuando participas al mismo tiempo y recibes comentarios del profesor en vivo, viéndolo en una pantalla y el profesor viendo al estudiante (videoconferencia). Existe la posibilidad de que los alumnos pueden opinar entre ellos.
2) Asincrónica: cuando las preguntas o dudas se envían y puede demorar un tiempo la respuesta, pero es enviado y retroalimentado por el profesor. Como podemos ver, la interacción y contacto sigue.