En medio de los efectos de la pandemia del Covid-19, proteger a los trabajadores es prioridad para salir de la crisis económica
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) convirtieron en realidad las sospechas que muchos teníamos sobre el estado de la vida laboral en nuestro país.
Tan sólo en abril, se extinguieron poco más de 12 millones de fuentes de empleo en todo el país, dañando seriamente la economía mexicana que ahora sobrepasó la brecha de desocupación laboral en 50.6 por ciento. Con ello la Nueva Normalidad, que vendría después de los meses de cuarentena, debería venir con una disponibilidad de 33.1 millones de empleos para compensar los efectos de la crisis económica.
Es este desvanecimiento de espacios de trabajo como el peso de la crisis, lo que reveló la profundidad del abismo laboral que enfrentamos, pues la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI reveló que de cada diez mexicanos que laboran, seis lo hacen en la informalidad.
Y es justo este grupo el más vulnerable a los efectos de la crisis. De los 12 millones de trabajos perdidos en abril, 10 millones pertenecen a la economía informal y cuentan con pocos o nulos derechos laborales.
En Nuevo León los efectos de la crisis, se estima podrían ser los menores de toda América Latina, ya que cuenta con cadenas de suministro de la industria manufacturera, pero aun así el Producto Interno Bruto (PIB) estatal podría presentar una caída entre el cinco y ocho por ciento. De acuerdo a estimaciones de TMH Consulting and Investment Group, la entidad cuenta con lo necesario para sortear lo mejor posible esta crisis.
Apoyar a los trabajadores en este momento es vital para salir adelante, pues con el fortalecimiento de los espacios laborales es como dejaremos atrás los daños de la pandemia. Debemos ser conscientes de ello, porque existen muchos espacios que más allá de pertenecer al sector formal abusan de sus trabajadores quitándoles derechos ganados conforme a la ley.
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Y desgraciadamente, esto es lo que sucede en el municipio de Guadalupe, donde la administración de la presidenta Cristina Díaz retiró el bono de riesgo del personal de Protección Civil, el cual era de 800 pesos. Una verdadera injusticia, ya que este trabajo pone en riesgo la vida de cada persona que lo desarrolla, pues cuando surge un huracán o se desborda el río Santa Catarina, son ellos quienes llegan a realizar las acciones de salvamiento.
Además, los trabajadores de Protección Civil no cuentan con el equipo adecuado para realizar sus tareas e incluso tienen que comprar sus propios uniformes, pues muchos de los que se tienen a disposición están incompletos. Y si a esto le sumamos que los vehículos de rescate con que laboran se encuentran en pésimas condiciones; pues algunos no tienen frenos, luces, ni sirenas; se nota un total abuso hacia ellos.
Lo peor es que no es la primera vez que la presidenta municipal realiza una acción tan infame contra el personal que sirve a Guadalupe, pues hace unas semanas quitó la prima vacacional a trabajadores del municipio y todavía no se la devuelve. Y tal cual lo aplicó con policías y tránsitos, cometió una injusticia hacia los trabajadores del estado con el pretexto de apoyar en la pandemia.
Cuando se trata de aumentos a altos mandos —como fue el caso de directores y jefes de área de la policía, a quienes aprobó incrementos de salario de 19 mil y 33 mil pesos— no hay reclamo para hacerlo, pero cuando se habla del personal de pie, apenas y tiran migajas. A los policías se les otorgó un aumento de 500 pesos, mientras que a los de tránsito, 600 pesos.
Para el actual gobierno de Guadalupe no hay dinero para nada y siempre buscan recortar, pero la realidad es que el presupuesto anual de la entidad des de 2,000 millones de pesos, un hecho que exhibe que la alcaldesa le está jineteando desde hace poco más de un mes lo equivalente a 50 millones de pesos.
Es denigrante que no se utilice el presupuesto para las necesidades de la comunidad, pro que cuando se pide que se tape un bache, no hay dinero; cuando se pide seguridad, no hay; que cambien una luminaria, tampoco.
Los elementos de Protección Civil, el personal municipal y los policías no están solos. Hay mucha gente que reconocemos su labor. Por eso, exigimos se regrese el bono de riesgo, las primas vacacionales y se respete a quienes sirven a Guadalupe.