La semana pasada presenté las cifras que el gobierno federal tiene proyectadas para 2021. En esta ocasión analizaremos algunos de los presupuestos para el siguiente ejercicio fiscal, que algunas de las entidades federativas han presentado a sus legislaturas locales y que deberán ser aprobados en los próximos días.
Comencemos con el estado de Jalisco, que tiene proyectado un presupuesto de ingresos de alrededor de 123 mil millones de pesos y un presupuesto de egresos de 124 mil millones de pesos, considerando hacer frente a la diferencia presentada, a través de los recursos excedentes por 750 millones de pesos, que provienen de su presupuesto de egresos actual.
Cabe señalar que dicho estado contó con dos versiones de su presupuesto aprobado para el ejercicio fiscal 2020, ya que en el segundo semestre del presente solicitó una modificación adecuando a la baja la recaudación de impuestos debido a la pandemia del Covid-19.
Otro ejemplo es el estado de Colima, el cual proyecta ejercer aproximadamente 17 mil millones de pesos, siendo uno de los estados con uno de los presupuestos más reducidos, en comparación con las otras entidades de la República mexicana.
El proyecto presentado por Colima mantiene los subsidios y los incentivos fiscales ya existentes y no incorpora nuevos impuestos.
Veamos también las cifras presentadas por el estado de Veracruz, que estima un presupuesto aproximado de 128 mil millones de pesos.
Veracruz decidió realizar varios recortes en diversos rubros, a fin de adaptar su presupuesto a la realidad de su estado.
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Y por último el estado de Michoacán, que, como muchas de las economías domésticas en nuestro país, presentó un fuerte desequilibrio en sus cifras, ya que gastará más de lo que ingresará. Para 2021 este estado tiene proyectado un presupuesto de ingresos de alrededor de 68 mil millones de pesos y un presupuesto de egresos de 75 mil millones de pesos, lo que significa que el estado iniciará su ejercicio fiscal con un déficit aproximado de 7 mil millones de pesos.
Me parece que en la historia financiera de ninguna entidad se había presentado un presupuesto inicial con déficit, que evidentemente refleja una ineficiencia en el desempeño financiero.
Las políticas públicas de estos presupuestos deben ser respuesta a un análisis macroeconómico concienzudo y a la realidad financiera que se vive al interior de cada uno de los estados, evitando generar un efecto bola de nieve, en el que no habrá crecimiento económico ni social, sino todo lo contrario, generará un estancamiento general.