El próximo 20 de enero será una fecha emblemática para los Estados Unidos, debido a la toma de posesión e inicio del mandato de cuatro años del demócrata Joe Biden, después de que su triunfo fuera puesto en tela de juicio por su contendiente, Donald Trump, quien dará su discurso de despedida ese mismo día, el cual es una incertidumbre para la población estadounidense, ya que la tradición es desear éxito al mandato del presidente electo; sin embargo, en esta ocasión no hay certeza en dicha tradición.
Joe Biden, abogado estadounidense de 78 años de edad, comenzó su carrera política en 1969 y se convirtió en senador en 1973; para 2008 es nombrado vicepresidente durante la gestión del entonces presidente Barack Obama. Su próximo mandato se comienza a distinguir por la búsqueda de la unificación de su país y por nombrar a la primera vicepresidenta mujer de ascendencia asiática.
Como sabemos, la principal relación comercial de México es con Estados Unidos, por lo que esta designación del nuevo presidente Joe Biden también representa cambios para nuestro país.
Recordemos que al inicio de la gestión de nuestro actual presidente se cuestionó la relación existente entre él y el aún presidente Donald Trump, hasta su primer viaje a la Casa Blanca, en el que intercambiaron una serie de elogios y a partir de dicha visita surgió una serie de acuerdos que se fueron presentando a lo largo de sus administraciones.
Pero entonces, ¿qué pasará con esos acuerdos y la relación entre México y Estados Unidos?, cuando se ha mencionado que la relación entre Joe Biden y López Obrador es prácticamente nula.
Por un lado, la agenda de Joe Biden inicialmente está focalizada en combatir la pandemia por el Covid-19, con la prioridad de retomar su economía, y así recuperar la relación comercial con China, Rusia, Irán, entre otros, sin ser México una prioridad. En ese sentido, ha presentado una notable atención a la política ambiental a través de su plan para una Revolución de Energía Limpia, pretendiendo que tanto su país como el mundo colaboren con este plan. La ideología de este nuevo mandatario estadounidense es que su país se convierta nuevamente en un líder mundial con mayor fortaleza, de tal forma que los países vecinos y aliados se coordinen con sus políticas públicas.
Por otro lado, nuestro presidente, en los primeros días de este año, mencionó que seguirá siendo prioridad para su administración la política de austeridad y eliminación de la corrupción. Mientras que en temas económicos se seguirán enfocando los esfuerzos a los grandes proyectos de infraestructura como la Refinería Dos Bocas, entre otros. Aunado a esto, no se pueden dejar de lado los cambios que vendrán con el próximo proceso electoral en México y que muchos de los especialistas vislumbran una recuperación económica con una mayor lentitud, debido a lo acumulado durante 2020 y al crecimiento de los contagios durante las últimas dos semanas, aún con la aplicación de la vacuna.
La histórica dependencia de nuestro país hacia el país vecino hace trascendente la relación que ambos mandatarios deberán fortalecer, con puntos de concordancia y una coordinación diplomática para beneficio de sus conciudadanos.