El presidente de México, licenciado Andrés Manuel López Obrador en distintas conferencias de prensa “mañaneras”, ha señalado la pretensión de desaparecer a distintos organismos constitucionales autónomos, bajo el argumento de que “no son imprescindibles”, así como que “duplican las funciones de las secretarías de Estado” y “representan grandes costos para el erario”; por lo que, el gabinete ha llevado a cabo revisiones con el fin de elaborar iniciativas de reformas constitucionales que permitan dicha desaparición y en su caso, sean absorbidos por las dependencias existentes.
Al respecto, considero que la existencia de los organismos autónomos en nuestra Carta Magna (INAI, INE, IFT, INEGI., entre otros), obedece, en gran medida, al cumplimiento que tiene el estado mexicano, por conducto de sus autoridades, con sus obligaciones específicas de proteger, promover, respetar y garantizar algunos de los derechos humanos y fundamentales de las y los mexicanos.
Existen opiniones que señalan que la creación de los organismos autónomos, es el resultado, en la mayoría de los casos, de luchas históricas de mujeres y hombres que han creído en tener un mejor país, más democrático, en donde exista una verdadera división de poderes y se cumpla con la rendición de cuentas y la transparencia.
Quiero dejar claro que, coincido con las razones de existencia de los organismos constitucionales autónomos en nuestro país, particularmente la de ser un contrapeso a los tres poderes de la unión; sin embargo, como le he referido en columnas anteriores, soy del criterio de que, si es necesario que se hagan modificaciones en sus estructuras, para que su funcionamiento sea mejor, entonces que se lleven a cabo, y desde el Senado de la República, estaremos en la mejor de las disposiciones para realizar las reformas que sean necesarias y tengamos mejores organismos autónomos.