Las asociaciones y cámaras empresariales mexicanas se integran con el principal objetivo de generar sinergia entre los involucrados y proteger los intereses de los mismos; de esta manera tienen una mayor representatividad para resolver situaciones e incidir en decisiones de orden público; es por ello que se convierten en uno de los principales actores de desarrollo económico del país.
En 1874 se fundó la primera asociación, como Cámara de Comercio de la Ciudad de México; en la actualidad son más de 7 mil asociaciones empresariales divididas, principalmente, en cuatro distintos tipos: cámaras, confederaciones, clústers y asociaciones.
Entre las principales asociaciones de nuestro país se encuentran el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (Anierm), entre muchas otras.
A lo largo de los años estas asociaciones han influido en temas públicos (impuestos, cambios en el Sistema de Pensiones, campañas de apoyo para mipymes, etc.); sin embargo, es momento de que el diseño, implementación y ejecución de sus acciones se adapte y responda a las nuevas necesidades de cada uno de los sectores productivos a los que representan.
No se trata sólo de vincular empresas o de dar opiniones a temas de política pública; ahora se trata de innovar, de articular estrategias que permitan cambios al interior, que en el corto plazo se vean reflejados al exterior. Las empresas se mueven en un entorno de cambio continuo, enfrentándose a una transformación tecnológica con una economía digitalizada, con nuevos modelos de producción y expectativas cada vez más focalizadas por parte de los consumidores.
Un claro ejemplo de la articulación de estrategias del sector privado, en coordinación con el sector público, se encuentra en la Unión Europea. La UE desde hace varios años estableció instancias, como mecanismos de consulta y de acción empresarial, entre los que destacan la Cumbre Social Tripartita para el Crecimiento y el Empleo, la Small and Medium Sized Enterprise (SME) Assembly y los paneles SME que se llevan a cabo a través del Enterprise Europe Networks.
Otro particular ejemplo es la Confederazione Nazional dell´Artigianato e della Piccola e Media Impresa (CNA), que es un sistema nacional de representación unitaria de empresas italianas, el cual, a través de su Centro per l´Innovazione Organizzativa e Gestionales ed il Trasferimento Tecnologico, impulsa la competitividad de los sistemas productivos regionales, mediante la generación de innovación, la difusión de nuevas prácticas y el aprendizaje entre empresas (introducción a tecnologías digitales, certificación de procesos y productos, gestión del conocimiento, gestión de redes y cadenas productivas), etcétera.
Es claro que la unión hace la fuerza, por ello, la contribución de las asociaciones empresariales mexicanas debe tener una visión colectiva, que permita eficientar las capacidades individuales de sus agremiados, garantizando su permanencia en los mercados tanto domésticos como internacionales, de tal forma que logren renovarse, pero al mismo tiempo, renovar el ecosistema económico de nuestro país, lo que permitiría que la función pública que desempeñan se convierta en una función proactiva y no sólo de opinión.