La mayoría de las empresas en crecimiento, a lo largo de su vida, se encuentran ante momentos críticos en los cuales requieren de capital para solventar deudas o, bien, realizar inversiones. En México, como en muchos otros países, existen sociedades en las que se concentra el capital de uno o varios inversionistas que, a través de análisis minuciosos y diversos instrumentos, administran dicho capital, inyectándolo en diversas industrias que les ofrecen altos rendimientos.
Este tipo de entidades resultan benéficas para aquellas personas, ya sea que de manera individual o agrupada, cuenten con montos de capital que por sí solos no tendrían la fuerza para generar rentabilidad y, por otro lado, finalmente son canales de apoyo para que las mipymes continúen con sus planes de expansión.
México regula este tipo de sociedades a través de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la cual, en su informe del 25 de febrero, reportó aproximadamente 349 inversiones en renta variable (acciones de empresas) y alrededor de 256 fondos de deuda (títulos de crédito).
Una de las claves para que este tipo de sociedades tenga un verdadero impacto en el desarrollo económico es la capacidad de ahorro e inversión de los mexicanos, algo de lo que aún carecemos. Según datos de la Condusef, 45 millones de adultos no ahorran, de los cuales el 16% no lo hace por falta de interés, sólo el 39% ahorra de manera formal y de 10 mil mexicanos, sólo 35 invierten en algún tipo de fondo.
Mientras que en otros países, como Francia, durante el 2020 el gobierno, junto con la iniciativa privada, crearon un fondo específico para apoyo de más de 1,500 empresas, con el objetivo de que el ahorro de los franceses tuviera una función de financiamiento e inversión, como estrategia para reactivar la economía durante tiempos difíciles, beneficiando con ello a todos los involucrados.
El compromiso del mexicano para consigo y para con su país debe iniciar con sus acciones personales y no siempre esperando las acciones del Estado, por lo que, para esos pocos mexicanos que actualmente están invirtiendo, una buena oportunidad son estas sociedades de inversión, entre las cuales se encuentran Operadora de Fondos Nafinsa, Invex Operadora y GBM Administradora de Activos, entre muchas otras.
La falta de inversión en México, principalmente suele relacionarse con la deficiente economía; sin embargo, la realidad es que existen personas con la capacidad económica para invertir su capital en este tipo de fondos, que presentan oportunidades a corto, mediano y largo plazo, para personas físicas o morales, y en muchas ocasiones con montos totalmente accesibles. El principal problema del mexicano es la apatía, ya que no tiene el interés para analizar y decidir de manera consciente sobre el uso de su dinero, utilizando como mejor opción el gasto o el estancamiento.
Si pensamos claramente, cuando existe una adecuada regulación para este tipo de sociedades y empresas con planes estratégicos y visión de modelos de negocio, este tipo de transacciones pueden representar oportunidades factibles para el desarrollo; además de ofrecer una importante alternativa para que el pequeño inversionista tenga mayores rendimientos, liquidez, participación en el mercado de valores y, por ende, una mejor calidad de vida.