#BancaExplica: Cómo evitar que tus emociones les ganen a tus bolsillos

Por Comité de Educación Financiera de la ABM

un recorrido visual con lo más destacado del 12 abril de 2021
(Anthony Devlin/Getty Images)

La relación que tenemos con el dinero puede ser muy distinta entre unos y otros. En ocasiones, podemos verlo como una herramienta, un aliado, que nos permite alcanzar un fin o conseguir algo. En otras ocasiones, preferimos no tocarlo, con temor a que no nos rinda.

Son muchos los factores que intervienen en cómo manejamos el dinero y cuál es nuestra relación con él. La historia familiar, por ejemplo, tiene mucho que ver. La educación que recibimos en casa influye mucho en cómo tomaremos decisiones financieras el resto de nuestras vidas. También, el ensayo-error, que se construye desde edad muy temprana.

Otro factor importante es el de las emociones. Nuestro cerebro está preparado para sobrevivir. Depende de los estímulos que recibamos, a los que reaccionará de manera específica con emociones, que nos preparan para lo que pueda venir.

Esta relación, entre emociones y dinero, es uno de los temas de interés para la economía del comportamiento. En este sentido, distintos estudios demuestran que, ante estados emocionales intensos, nos podemos llegar a desconocer. El “efecto pasión” puede hacernos tomar decisiones financieras sin mayor reflexión.

Esto nos lleva a cuestionarnos si en verdad es posible evitar tomar estas decisiones pasionales, que resultan de estímulos exteriores. La respuesta es sí. Es posible tener control sobre nuestras emociones, con lo que podremos decidir mejor.

El primer paso para tomar una decisión, la que sea, es respirar. Esto nos ayudará a calmar las emociones y tener más claridad en la mente. Un método infalible es inhalar en 4 tiempos, retenerlo 4 tiempos y exhalar en 4 tiempos, 4 veces.

Ya controlados, el siguiente paso es registrar los gastos. Esto nos permitirá reconocer nuestros patrones. Con ello podremos determinar si los gastos fueron en necesidades, en gustos o en compras emocionales.

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El siguiente paso es organizar nuestras finanzas. Tenemos que considerar ingresos, gastos fijos, ahorro, diversión e imprevistos y otros gastos adicionales.

También es útil programar el tiempo que le dedicaremos a las distintas acciones que representan gastos para nosotros. Con esto evitamos las tentaciones. En este sentido, realizar listas para definir lo que debemos comprar nos permite delimitar lo que en verdad necesitamos de lo que no.

Cuando la compra sea necesaria, podemos buscar también sustitutos, que nos ayudarán mucho en la búsqueda de transformar nuestros gastos en ahorros. En ocasiones, los bienes equiparables en calidad o funcionalidad, de menor precio, son una buena opción.

Finalmente, contar con un fondo de emergencia, que sea una reserva específica e intocable salvo casos necesarios, como desempleo, averías o urgencias médicas, que consista aproximadamente entre 3 y 6 meses de gastos fijos.

Las emociones, en general, no son aliadas de nuestros bolsillos. En la Asociación de Bancos de México sabemos de la importancia de razonar nuestras compras para cuidar de nuestros recursos, por lo que los invitamos a consultar la amplia oferta en materia de educación financiera, que tenemos disponible en el sitio web www.abm.org.mx/educacion-financiera

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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