La lucha de las mujeres para alcanzar un mundo y un México con igualdad ha sido histórica. Hace un siglo era inimaginable pensar que una mujer estuviera hablando sobre el reconocimiento y ejercicio de sus derechos o la búsqueda por la igualdad.
Este camino hacia el pleno reconocimiento de nuestros derechos no ha sido fácil, sin embargo, nuestra inclusión en los asuntos públicos ha escrito una nueva historia.
Estamos ante un movimiento -internacional y nacional- que busca reivindicar los derechos de las mujeres y en México, nos encontramos trabajando y reforzando desde diversos frentes esta agenda.
Sin duda, en los últimos treinta años, se ha trabajado mucho para que las mujeres y los hombres tengan las mismas oportunidades de ocupar cargos de decisión en el Estado mexicano.
Hoy es una realidad. Por primera vez en la historia de México, estamos ante una legislatura paritaria: 50% de mujeres y 50% de hombres.
Esta LXV legislatura, es la materialización del trabajo de muchas mujeres. Lo que las diputadas y senadoras estamos cultivando hoy, es lo que las próximas generaciones cosecharán.
La visión complementaria de mujeres y de hombres en la toma de decisiones, generará desde el Congreso de la Unión, un marco normativo con visión de género.
Aún hay pendientes legislativos que deben incluirse en las agendas parlamentarias, tales como la eliminación de los obstáculos que impiden que algunas mujeres puedan participar en la vida política de sus comunidades, reducir las brechas de desigualdad o presupuestos con perspectiva de género.
Nuestra tarea en la LXV Legislatura es empoderar a las mujeres mexicanas. Necesitamos seguir construyendo juntas y juntos un piso parejo, donde las mujeres y los hombres, podamos ser y desarrollarnos en lo que queramos.
Una sociedad más democrática, mejor informada y más participativa, tiene como resultado que todas y todos participen en la toma de decisiones de nuestro país. El objetivo es claro: alcanzar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres para que nadie se quede atrás.
