Hoy se trata de una bebida famosa. Probablemente, algo que nunca imaginaron sus mismos creadores, una familia poblana de apellido Reyes que en los años 20 simplemente lo fabricaba para el deleite de amigos, familiares y el propio, obviamente.
Ancho Reyes es hoy un producto de exportación, incluso más conocido fuera que dentro de México. Según nos explican, cerca del 70% de la producción del licor se exporta, y claramente el país que más lo compra desde el extranjero es Estados Unidos.
“Me ha dado mucho gusto hasta verlo en Nueva York. Es un licor que rompe fronteras, un producto gastronómico poblano y se produce y se vende todo el año”, dijo con orgullo Roberto Trauwitz, secretario de turismo de Puebla. Todo esto, se dio en el contexto de la inauguración de la fábrica del licor como recorrido turístico.
Con un refrescante Gavilán como bienvenida, el coctel insignia de Ancho Reyes, ya que se prepara con el afamado licor de chile ancho, jugo de limón, refresco de toronja y sal, todo pintaba bien o muy bien (el Gavilán combina perfecto el cítrico, lo dulce y lo picoso en un solo sorbo) para el inicio de las instalaciones de la fábrica en el centro de Puebla.
¿Qué es este licor?
Vamos al meollo del asunto. ¿Qué contiene una botella de este licor auténticamente poblano? Se trata de un licor que nace producto de la maceración del chile ancho en alcohol de caña de azúcar traído de Veracruz. Como nos cuenta Roberto Hidalgo, director de mercadotecnia de la marca, “es un licor casero que nunca estuvo pensando para comercializar, era sólo para la familia y los amigos”.
Sin embargo, esa casualidad y amabilidad del licor no se traduce en su fabricación, ya que requiere ingredientes de primera calidad. La materia prima son los chiles poblanos de la zona de San Martín Texmelucan, los que son secados al sol para convertirse en el célebre chile ancho, tan característico por aroma y sabor.
De hecho el socio agricultor de Ancho Reyes tiene cerca de 30 personas trabajando en el cultivo del chile para producir anualmente las 30 toneladas que la marca compra. Para tener una idea, se usan en promedio cuatro chiles anchos por botella y, en la variedad de los poblanos, son cerca de ocho.
Ya en la planta que tuvimos el placer de conocer y de inaugurar los recorridos, pudimos seguir el proceso desde la recepción de la materia prima. Los chiles llegan en sacos y primero son cortados en trozos más pequeños, para que en la siguiente etapa, saquen todos los sabores y aromas.
En maceración, en recipientes de aluminio, se mezclan con el alcohol de caña de 55 grados. Ahí estará por seis meses, siendo revuelto cada 15 días con un remo de madera. Pasado el tiempo de maceración, se rebaja con agua hasta los 40 grados de alcohol, donde ya está listo para ser embotellado y empacado.
El recorrido
• Conocer el proceso de elaboración de Ancho Reyes tiene una duración de 90 minutos, tour que está dividido en tres etapas: la primera consta de veinte minutos, donde se les da la bienvenida y se les comparte el reglamento que va desde no introducir alimentos hasta no usar zapatos abiertos.
• La segunda etapa tiene una duración de cuarenta minutos, en ésta se les invita a descubrir el proceso artesanal de la transformación del chile al menjurje, explicando crecimiento, selección, secado, preparación, macerado, mezclado, reposado y embotellamiento del producto.
• La tercera y última etapa de la experiencia tiene una duración de treinta minutos, aquí se presenta un video sobre el producto y un mixólogo explica la coctelería mexicana que pueden preparar.
• Para visitar la fábrica es necesario hacer reservación en www.fabricaanchoreyes.com, posteriormente se envía un correo de confirmación acreditando el recorrido. Son tres los días en los que se puede reservar: miércoles, jueves y viernes, solamente en dos horarios, 11:00 y 16:00 horas, con un cupo limitado de hasta 20 personas.
