Michoacán es uno de los destinos favoritos por turistas nacionales y extranjeros, ya que su gastronomía, tradiciones y hermosos paisajes deleitan a quienes los visitan una y otra vez. No hay forma de aburrirse en este estado, ya que aunque pensemos que hemos visto todos sus rincones, siempre hay uno inexplorado. Prueba de ello son sus zonas arqueológicas, que hablan del pasado prehispánico en Michoacán. Si eres amante del turismo arqueológico, echa un vistazo a las zonas que no deben faltar en tu itinerario de viaje al estado.
Las Yácatas. En Tzintzuntzan encontrarás las Yácatas. Se trata de cinco grandes estructuras escalonadas, con una parte rectangular y otra redondeada, que son basamentos de piedra volcánica sobre los que se construirían los templos de madera.
Ihuatzio. En purépecha, Ihuatzio significa ‘en la casa del coyote’. Se sabe que la primera ocupación del sitio correspondió a grupos de habla náhuatl y con influencia tolteca. Posteriormente llegaron los purépechas al lago de Pátzcuaro y adquirieron poder con lo que dominaron la región. De esta manera Ihuatzio fue la primera sede del imperio purépecha. Este lugar se distingue por tener los denominados huatziri, es decir, caminos elevados que delimitaban los espacios y que servían como senderos al interior del sitio. En su época de mayor esplendor abarcó 150 hectáreas en donde se han identificado 84 estructuras, de las cuales sólo se han expuesto siete.
Tingambato. Su valor histórico es incomparable, ya que en sus construcciones se puede encontrar la influencia de la arquitectura teotihuacana, por lo que supone que el sitio fue habitado antes del surgimiento de la cultura tarasca, del año 600 al 900 d.C. Aquí se puede apreciar un juego de pelota en desnivel, ruinas de diversas habitaciones y plazas, restos de un acueducto y una pirámide de siete niveles con base cuadrada.
Zirahuato-San Felipe los Alzati
Se localiza en el municipio de Zitácuaro. Esta zona arqueológica data del periodo posclásico tardío y está situada en la frontera entre los mexicas y los tarascos, por lo que se cree que su función primordial era la defensa territorial. En los recientes trabajos efectuados en la zona, los materiales cerámicos obtenidos cuentan con características similares a los de otras áreas culturales con mayor antigüedad, por lo que podría ser un sitio que utilizaron de paso para trasladar mercancía del centro de México hacia occidente y viceversa.
La Nopalera. Se ubica en el municipio de Huandacareo, al noroeste del lago de Cuitzeo. Diversos estudios han demostrado que dicha área data del periodo posclásico tardío de la cultura purépecha. Se cree que este lugar servía como sitio político y poco religioso donde se impartía justicia, incluso cuenta con un lugar conocido como el Patio de las Tumbas.
