Cada vez que percibo el olor dulce de las guayabas, de inmediato pienso en Aguascalientes. Y es que quien ha visitado este lugar, sabe que el aire huele a guayaba. Sin embargo, la entidad ofrece una amplia variedad de platillos típicos para seducir el paladar de los viajeros que buscan nuevos sabores.
Si vas a Aguascalientes tienes que probar sus gorditas. Aunque las hay en diversas partes de la República mexicana, en el estado se distinguen por estar rellenas con una extensa variedad de guisados tradicionales. Las chiquiadas son uno de los platillos predilectos de muchos hidrocálidos para desayunar. Son similares a las gorditas, pero su diferencia es que se fríen en manteca después de haberse rellenado. Finalmente están las picadas, también similares a las anteriores, sólo que se les retira buena parte de la masa para poder rellenarlas. Si aún te queda espacio para el postre, nada mejor que probar los chamucos, panes típicos de la región.
En cada viaje siempre es imprescindible llevarse un recuerdo de esa fantástica aventura y en Aguascalientes puedes comprar bellas artesanías. Una de ellas son los deshilados hechos completamente a mano, pero también están la mayólica, talabartería, talla en madera y las figuras de cartón. Desde luego, siendo la cuna del creador de la calavera garbancera más tarde nombrada la Catrina, encontrarás una amplia variedad de productos con la efigie de este personaje.
Aguascalientes es un estado fuertemente ligado a sus tradiciones y costumbres, así que es necesario tomarse el tiempo suficiente para recorrer sus barrios tradicionales, sus museos y hasta sus panteones en donde siempre se narran leyendas relativas a la historia del estado y algunas con un halo de misterio para asustar un poco a los visitantes.
Pueblos mágicos de Aguscalientes
Real de Asientos
Este es un pueblo con alma minera, así que al llegar es casi obligada la visita al Museo del Minero, que guarda parte de la historia del lugar, así como interesantes objetos. Hay algo místico en Real de Asientos que casi puede respirarse en cuanto pones un pie en el pueblo. Quizá sean edificaciones con fachada de cantera rosa que datan de 1548 o los túneles subterráneos bajo la Parroquia de Nuestra Señora de Belén, construidos en el siglo XVIII y que puedes recorrer acompañado por la voz experta de un guía local.
Y si de leyendas se trata, tienes que visitar el Cementerio de Guadalupe. Te sorprenderán sus murales con pinturas alusivas a la muerte, su jardín de cactáceas y, desde luego, las historias de misteriosos hechos que ocurren al caer la noche. En la Parroquia de Nuestra Señora de Belén te maravillará contemplar a un Cristo articulado de 500 años de antigüedad, hecho con restos humanos y del que se dice es sumamente milagroso.
San José de Gracia
Un imponente Cristo de 28 metros de altura te recibirá al llegar. Le llaman el Cristo Roto ya que a la escultura le hacen falta el brazo y la pierna derecha y es la segunda más grande en América Latina. Año tras año recibe decenas de visitantes.
Para los amantes de la aventura y la naturaleza, este pueblo localizado a las orillas de la presa Plutarco Elías Calles será ideal. Aquí encontrarán Boca de Túnel, un cañón y centro de aventura donde podrás hacer bici de montaña, tirolesa, pasear por sus 13 puentes colgantes y deleitarte con sus fantásticos ríos y paisajes.
Explora la Sierra Fría, considerada el pulmón de Aguascalientes. Sus 113 mil hectáreas de sierra y bosques invitan a la relajación. Puedes pasar un fin de semana lejos del bullicio cotidiano en alguna de sus cabañas. Si se te abrió el apetito, San José de Gracia tiene mucho que ofrecer, desde sus típicas pacholas y el membrillate, hasta exquisitos mariscos. Hay muchos lugares de antojitos donde puedes comer rico .
Calvillo
Su belleza natural seducirá tus sentidos. Como prueba está el Cañón y Presa de Malpaso, con elevaciones rocosas de 50 metros. Lo mejor de este lugar es que podrás recorrerlo en lancha, bicicleta o a caballo y hacer pesca deportiva.
La Ciénega de los Pinos es perfecta para ti, si lo que necesitas es rodearte de espacios verdes, pozas de agua y pequeñas cascadas. Tu estancia será resguardada por pinos, robles y encinos, además de tener una admirable vista de los cerros aledaños.
Para deleitar el paladar con comida típica de la región, debes dirigir tus pasos hacia el Mercado Guel Jiménez. Puedes estar seguro que no te decepcionarán las carnitas, los tacos de bistec, la birria de borrego ni las aguas frescas que ofrecen.
Es imperdonable que te vayas de Calvillo sin probar uno de los productos hechos con guayaba, la fruta de la región y que, sin duda, te encantarán.