Francisco Benjamín López Toledo, uno de los artistas más reconocidos a nivel nacional no solo por su trabajo al arte plástico, sino además por su filantropía y su activismo político, murió este miércoles a los 79 años.
Nacido en Juchitán en 1940, el artista se convirtió en un pilar de la cultura oaxaqueña y se convirtió en uno de los personajes más influyentes en la vida política de la entidad.
Dentro de sus principales causas se encontraba la defensa del medio ambiente, haciendo activismo en contra de obras en Oaxaca que atentaban contra la naturaleza.
Sin embargo, su principal trabajo y el que le dio reconocimiento internacional fue el de artista plástico, especialmente la pintura.
En sus obras se puede ver la clara influencia en la naturaleza y los animales, como lo son murciélagos, sapos e ciertos insectos, pintados con gran belleza, pero casi siempre con un toque de fantasía.
Aquí te presentamos algunas de sus obras:
Langosta 2004
Los grillos 1990
Autorretrato saludando 1992
Lady Caracol llega tarde al palacio 1991
Los gatos 1975
Tamazul 1982
Los conejos 1975
El de la lengua pegajosa 1988