Cientos de miles de venezolanos irrumpieron en las calles de Caracas este miércoles 23 de enero para exigir el fin del gobierno del presidente Nicolás Maduro, mientras que Estados Unidos consideró reconocer al líder opositor Juan Guaidó como el líder legítimo del país.
El mitin siguió a decenas de violentas protestas y saqueos de la noche a la mañana, que dejaron a cuatro personas muertas, según un funcionario y un grupo de derechos, en un eco de tumultuosas manifestaciones callejeras hace dos años.
La oposición fue motivada por el joven jefe del Congreso, Guaido, quien dirigió una campaña para declarar a Maduro un usurpador y prometió una transición a un nuevo gobierno en una nación que sufre un colapso económico hiperinflacionario.
Maduro fue inaugurado el 10 de enero a otro mandato en el cargo tras una elección ampliamente boicoteada el año pasado que muchos gobiernos extranjeros describieron como fraudulenta.
Cualquier cambio de gobierno en Venezuela se basará en un cambio de lealtad dentro de las fuerzas armadas. Han apoyado a Maduro a través de dos oleadas de protestas callejeras y un constante desmantelamiento de las instituciones democráticas.
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