La prueba de que no es villamelón es su afición al Atlas. El ejemplo de que sabe de futbol son sus dos pronósticos sobre lo que podrá suceder con México en Brasil. El reflejo de que el balompié se ve mejor desde el humor es su libro “El Mundial de Trino”.
A menos de tres meses de la Copa del Mundo, el monero explicó que la obra fue por encargo de su editorial, pero aclaró que no le representó problema alguno por su gusto al dibujar sobre este deporte, y que la obra es una especie de “collage” incluso para quienes odian el balompié.
En el libro, “Trino” Camacho recuerda que un Mundial sin México es como un taco sin chile, más allá del panorama fatalista que detalla con gran facilidad.
“Vamos a jugar contra Camerún y vamos a perder 4-2, luego Brasil se va a portar muy buena onda con nosotros porque nos quieren mucho. Nomás nos van a meter 8 goles y ya. Y luego ya con Croacia: cero-cero, cero-cero y al final nos ganan con un autogol de Chicharito”, vaticinó.
“Ahí nos regresamos todos los mexicanos deprimidos, endeudados porque fuimos a Brasil, nos vendieron los boletos al triple, hipotecamos la casa, tenemos una televisión HD, el sistema de cable más caro…”
Esa es la versión “gacha”. La “chida” consiste en un triunfo ante Camerún gracias a la motivación del “Piojo”, un empate con Brasil y una goleada que hará añicos a Croacia. En Octavos de Final el Tri vence a España para luego ser eliminado por Alemania, aunque ya habiendo llegado al quinto partido.
“Ahora llegamos realmente como unos perdedores y si logramos algo más, ya el haber llegado al Mundial es un triunfo. Pasamos de panzazo”, recordó.
Todo ese folclor lo reflejó en su “Mundial”, donde hay estampas de todo lo que sucede fuera de la cancha y sobre lo que más curiosidad le provoca.
“Hablo de las porras, de las barras, de la afición, de los niños que hacen ídolos a los jugadores, de los jugadores que ya no se comprometen con el amor a la camiseta sino con el amor a un billete”, explicó.
“Hablo de los directivos que son de lo peor que puede haber a nivel mundial, no nada más de aquí; hablo de toda la influencia de la televisión, de las ondas comerciales…”.
Y así como reconoció la curiosidad que siente por la vida de un árbitro en el hogar, lamentó lo que él llama la “afición etílica” de Marco Fabián, la mentalidad obtusa de Carlos Vela, la venta del Atlas, la violencia entre las barras…
“¿Qué pasa con esos chupadedos que se quedan con su frazada ahí en España? Pues te la pierdes Vela, eres un cuate verdaderamente obtuso de la cabeza”, reclamó.
“Marco Fabián, o sea, un jugador que puede tener todas las aptitudes para triunfar. Ya te voy a ver a los 35. A ver, ¿en qué me lo gasté?, en las viejas, en el alcohol, en estupideces…”.
Irónico, “Trino” se lanzó a la avalancha premundialista con una óptica privilegiada, la del humor, sobre lo que él considera la tragedia cíclica de cada cuatro años: el Tri, y sobre todo su afición, en la Copa del Mundo.