El Gobierno británico pidió hoy una investigación urgente de la Agencia Antidopaje del Reino Unido (UKAD) para ver cómo gestionó acusaciones contra un doctor que presuntamente trató con fármacos ilícitos a futbolistas y otros deportistas de elite.
El ministro de Cultura, Deportes y Medios de Comunicación, John Whittingdale, expresó su «profunda preocupación» después de que «The Sunday Times» haya difundido un vídeo en el que el doctor Mark Bonar aparentemente reconoce prescribir fármacos a atletas para mejorar su rendimiento.
UKAD ha admitido que entre abril y mayo de 2014 recibió una denuncia contra este facultativo pero que desestimó el caso al concluir que no estaba bajo la jurisdicción deportiva.
El organismo público mantiene que tampoco halló pruebas para remitirlo al Consejo General Médico para ser investigado.
El ministro conservador ha ordenado una «investigación independiente» para averiguar «qué medidas tomó (la agencia) cuando se recibieron estas alegaciones» y «qué más es necesario hacer para garantizar que el deporte británico se mantiene limpio».
«No hay lugar para la complacencia en la lucha contra el dopaje, y el Gobierno ya está examinando si la legislación vigente es suficiente», declaró, y precisó que no dudará en introducir «sanciones penales más duras si es necesario».
El presidente de UKAD, David Kenworthy, ha confirmado por su parte que se llevará a cabo una revisión de lo ocurrido y se esperan recomendaciones sobre cómo mejorar los procedimientos «para asegurar que la UKAD sea lo más eficaz posible en el futuro para mantener el deporte limpio».
En el vídeo, elaborado de forma encubierta por un atleta en colaboración con el periódico, y a lo largo de varias consultas, el doctor de 38 años asegura haber recetado medicamentos para mejorar el rendimiento a 150 deportistas, entre ellos ciclistas, tenistas, un jugador de críquet, un campeón de boxeo y futbolistas de la Premier League.
Bonar revela que ha tratado a futbolistas del Arsenal, el Chelsea, Leicester City y Birmingham City.
El periódico no ha identificado a ninguno de los deportistas presuntamente implicados hasta que avancen las investigaciones y aclara que no ha podido corroborar por otras fuentes que el médico tratara a estos atletas.
Bonar, que ejerce en la clínica privada antienvejecimiento Omniya del lujoso barrio londinense de Knightsbridge, admitió haber tratado a sus clientes con sustancias como eritropoietina (EPO), esteroides y hormonas del crecimiento.
Explicó también que fue un antiguo preparador del Chelsea, Bob Brinded, quien le presentó a varios futbolistas de elite.
Esta noticia ha puesto en cuestión la credibilidad de la Agencia Antidopaje británica, que actualmente investiga las acusaciones de dopaje en el deporte ruso y supervisa los esfuerzos para erradicar las prácticas ilícitas de cara a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
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