Vaya historia la que se suscitó en los Juegos Olímpicos de Pyeonchang 2018 con el snowboarder canadiense Mark McMorris.
Este atleta de 24 años estuvo al borde de la muerte hace 11 meses cuando sufrió un terrible accidente mientras entrenaba. En marzo de 2017, McMorris se estrelló contra un árbol. Un helicóptero de rescate se adentró en las montañas de Whistler Backcountry (Canadá) para trasladar al deportista a un hospital.
Sufrió fractura de mandíbula, ruptura de bazo, sangrado interno, tenía varios huesos rotos y un pulmón colapsado. “Estaba seguro de que iba a morir», publicó entonces en las redes sociales el snowboarder. «Nunca volveré a dar por sentado otro día de mi vida en la tierra», añadió.
Un año atrás, en 2016, se había roto el fémur y fue sometido a una operación donde le colocaron una varilla de metal en la pierna. Se recuperó y volvió a entrenar.
Este fin de semana, McMorris se subió al podio de Pyeonchang al conseguir la medalla de bronce en su prueba al conseguir 85.20 puntos en su categoría para repetir lo conseguido en Sochi 2014.
La cuenta oficial de los Juegos Olímpicos tuiteó un mensaje acompañado de dos fotografías. En la primera aparece el deportista en la cama de hospital, después del grave accidente del pasado marzo. En la segunda, celebrando el bronce alcanzado en PyeongChang. «Nada es imposible», rezaba el tuit. McMorris lo ha demostrado.
Anything is possible. @markmcmorris #NeverGiveUp #PyeongChang2018 #Olympics pic.twitter.com/485NH8MJUq
— Olympics (@Olympics) February 11, 2018
Thank You Life🙏🏽❤️ pic.twitter.com/TdHcIdWzqJ
— Mark McMorris (@markmcmorris) February 12, 2018