El técnico de Cruz Azul, el portugués Pedro Caixinha, salió molesto del estadio Azteca pese al triunfo de su escuadra por 1-0 sobre Xolos de Tijuana, duelo que, dijo, le dejó un sabor agridulce por las lesiones de dos de sus jugadores.
“El torneo pasado criticaban porque jugábamos muy feo y ganábamos, ahora es porque necesitamos jugar un poquito bonito y perdemos, ahora es porque vienes de tres partidos y nueve puntos y dices que solamente anotamos un gol”, se quejó al finalizar el duelo de la fecha cuatro del torneo Apertura 2018.
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En rueda de prensa a su salida del estadio luego del cotejo ante Xolos, se preguntó realmente qué es lo que busca la prensa al analizar su estilo de juego, que ha cambiado de un torneo a otro, y decidió que ignorará los comentarios que se hagan.
“Yo no sé qué es lo que quieren, ustedes pueden decir lo que quieran pero como dicen aquí: me vale madres lo que puedan decir”, y luego se molestó con reporteros que le preguntaron sobre los cambios realizados en el transcurso del juego.
“Estoy muy claro y convencido del grupo que tengo, de la estructura del club y es donde vamos a llevar las cosas por delante, eso para mí es lo más importante, lo que ustedes digan me entra por aquí y me sale por acá”, dijo a pesar de la presencia de Ricardo Peláez, director deportivo del club.
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El sabor agridulce que le dejó el encuentro fueron las lesiones de Adrián Aldrete, quien chocó con el chileno Igor Lichnovsky y se llevó la peor parte para dejar el cotejo, y la del debutante portugués Stephen Antunes en una rodilla.
“No voy a ponerme a llorar ahí en la esquinita porque pasan las cosas, estamos aquí para tomar decisiones, para ayudar y apoyar a los jugadores”, apuntó, al señalar que analizarán si buscan un refuerzo antes del cierre de registros.