Al mexicano Gustavo Ayón no le gusta mirar atrás. Estuvo “cinco años maravillosos” en el Real Madrid y, tras no poder recalar este verano en la NBA, ahora espera que su nuevo equipo, el Zenit, que debuta en la Euroliga con un técnico con pasado madridista, Joan Plaza, ponga mañana en dificultades al equipo blanco.
“El Real Madrid no me debe nada y yo tampoco le debo nada al Madrid”, comentó a Efe en conversación telefónica.
A sus 35 años, el mexicano es un firme convencido de que “las cosas pasan por algo” y que “no fue un error” abandonar el Real Madrid tras ganar tres ligas y dos Euroligas (2015 y 2018), ya que quería volver a toda costa a la liga estadounidense.
“Aposté al ciento por ciento por la NBA. Las decisiones tienen consecuencias. Y yo asumí esas consecuencias. Mirar atrás nunca ha sido mi manera de ser. Estuve cinco años maravillosos en el Real Madrid. Mi trabajo me respalda. Al final los ciclos terminan”, apuntó.
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Ayón admitió que “una serie de circunstancias” le llevaron a Rusia y a un equipo sin apenas historia, todo lo contrario que el laureado equipo español. “La primera circunstancia es la decisión de no seguir en el Madrid con la esperanza de ir a la NBA, que era mi principal objetivo. Segundo, cuando no se dan las opciones o no son las adecuadas y el mercado se cierra. Había que tomar una decisión”, apuntó.
Es decir, añadió, “o volver a México o seguir en la Euroliga con un equipo del máximo nivel”.
“Nos decidimos por el Zenit. El club hace el esfuerzo por ficharme. Además, conozco al técnico del equipo (Plaza) y a varios jugadores, a los que me enfrenté en numerosas ocasiones. La atmósfera en el equipo es agradable, ya que el cuerpo técnico habla español”, explicó.
De regreso a la rabiosa actualidad y con la vista puesta en el partido de mañana, para Ayón el Real Madrid sigue siendo “uno de los mejores equipos de Europa”.
“Es un gran equipo y se mantiene al mismo nivel de los últimos años. Es un equipo que se adapta a lo que tiene. Es su mayor cualidad, tanto del club como del técnico. Tienes que aprovechar al máximo que tienes un jugador de 2,21 como Walter Tavares y a otro pequeñito como Campazzo”, señaló.
Ayón es un hombre en paz consigo mismo. Con un solo año de contrato en las alforjas, no mira atrás, pero tampoco piensa más allá del próximo verano. Sólo tiene claro que su hija está con él en San Petersburgo y que su hijo se les unirá pronto.
En cuanto a Madrid, aseguró que sigue en contacto con muchos integrantes del club, donde dejó “grandes amistades”.