Renata Zarazúa dijo que no se conformaría con alcanzar los cuartos de final en el Abierto Mexicano de Tenis. No mentía.
La mexicana escribió una página inédita para el tenis de su país, al derrotar 6-2, 3-6 y 6-2 a la eslovena Tamara Zidanzek. Es la primera jugadora de México en alcanzar unas semifinales en casa.
Zarazúa, de 22 años, requirió de una invitación de los organizadores del torneo para participar, dado que se ubica en el peldaño número 270 de la clasificación. No defraudó la confianza.
En la ronda inicial, dejó fuera a la primera preclasificada Sloane Stephens y después hizo lo propio con Katie Volynets, ambas de Estados Unidos.
La última mexicana que había accedido a unas semifinales de un certamen de la WTA era Angelica Gavaldón, quien lo hizo en San Juan en 1993.
Gavaldón, quien llegó a ser 34ta del ranking, es la única jugadora mexicana en estar dentro de las mejores 100.
“No tengo palabras para describir lo que siento”, dijo Zarazúa. “Traté de mantenerme con calma e ir punto a punto para controlar la presión y los nervios”.
Desde que el Abierto Mexicano se mudó a Acapulco en el 2001, el mejor resultado para una tenista local eran los cuartos de final de Melissa Torres en la edición del 2007.
En toda la historia, sólo Oliver Fernández, en el Abierto Mexicano de 1993, alcanzó la ronda de los cuatro mejores siendo tenista de casa.