La investigación sobre Renato Ibarra continúa, pues el futbolista de las Águilas del América fue acusado de agresión física y verbal por su pareja Lucely Chalá, quien relató lo acontecido aquella noche del jueves 5 de marzo.
Lucely, de 24 años de edad, narró la cronología de los hechos, en donde el jugador ecuatoriano le habría dicho a sus familiares: «péguenles, me vale verga si hay un muerto«.
De acuerdo a la información del periodista Carlos Jiménez, el pleito se originó desde el pasado 28 de febrero. La pareja, que tenía siete años de estar juntos, sostuvo una serie de problemas, por lo que la mujer habría decidido separarse del deportista. Ese mismo día, Ibarra se habría ido de su casa.
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Chalá, con temor de que sucediera algo más, llamó a su hermana para que viajara a México, ésta llegó el 1 de marzo. Pasaron un par de días tranquilas, pero Renato se presentó al hogar el 3 de marzo, y tomado habría comenzado un pleito mayor con su pareja. «Nos gritó y dijo que nos fuéramos de su casa, que no quería que estuviéramos ahí, que era su casa, que él pagaba la renta. Tomó un jarrón y lo lanzó contra la pared. A la chingada, me tienen harto, me tienen hasta la verga«, relata Lucely.
Al siguiente día habría llegado a México la familia de Renato Ibarra, que al ver a Chalá, comenzaron a agredirla verbalmente, mientras el jugador del América se fue a entrenar a Coapa. Cuando volvió, la joven le pidió que calmara a sus familiares, pero este se negó y, fue ahí donde comenzó lo peor.
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«Me empiezan a agredir físicamente con golpes en la cara y cuerpo, así como me rasguñaban. Mi concubino me toma de mi cabello y me da jalones, tratando de evitar que me defendiera, por lo que somos acorralados en el vestidor mientras que nos gritaban: por qué no salíamos si somos tan valientes, que nos iban a golpear, que estábamos picadas por el dinero de mi concubino«.
Ella relata que en ese momento Ibarra grita: «me vale verga, péguenles, no me importa si hay un muerto, péguenles. Ellos me golpean y arañan el pecho, empujan a mi hermana por la espalda provocando que cayera al suelo en la alfombra. Hijas de puta, mantenidas«, gritó.