En el Mundial de Estados Unidos 1994, la Selección Mexicana comenzó una larga racha de ya siete derrotas en octavos de final. Tras avanzar como líder en el “Grupo de la muerte”, enfrentó a Bulgaria y fue eliminado en penales. El ex futbolista de Chivas, Ramón Ramírez, reconoce que luego de superar la complicada fase inicial, aquel equipo dirigido por Miguel Mejía Barón se relajó y le faltó personalidad.
“A la Copa del Mundo íbamos con incertidumbre, hasta desconfianza de si podíamos o no pasar. Noruega era el mejor de Europa en ese momento, Italia de los máximos campeones y el estilo de Irlanda nos podía complicar. El primer gran reto era calificar y lo hicimos, pero no sé si al mismo tiempo nos relajamos o confiamos, porque sentíamos que Bulgaria ya no era tan poderoso como los rivales de grupo y que eventualmente íbamos a pasar. Nos vimos sorprendidos”, recordó Ramón Ramírez.
“Los europeo juegan distinto los amistosos que los partidos oficiales y nos sorprendió. Conforme pasaron los minutos, más allá de la polémica de los cambios (Mejía Barón no hizo una sola modificación en ese encuentro), que los técnicos tienen ese derecho, nos faltó más a los jugadores, más personalidad, más deseo de no llevarlo a tiempos extra y penales”, admitió el ex futbolista de Chivas.
“Yo me quede con un sabor amargo, agridulce, porque creo que cumplí bien el proceso de eliminatoria, estuve siempre como titular en Copa América y Copa Oro, pero después del partido con Noruega, perdí el lugar, me fui a la banca. Regresé contra Bulgaria, así que perdí los dos partidos que jugué. No fue el Mundial que esperaba, al interior del grupo nos quedamos con la insatisfacción de que en los 90 minutos, con más atrevimiento hubiéramos ganado”, detalló.
Ramón Ramírez recordó también el otro Mundial que disputó. “En Francia ‘98 fue otra camada, no sé si con la misma calidad individual del ‘94, pero ya con otra mentalidad, más despiertos, con menos complejos. El jugador ya quería hacer un gran Mundial para irse a Europa, en el ‘94 queríamos un gran Mundial para hacer un mejor contrato en tu equipo. Encaramos el Mundial diferente: pensábamos que a Corea se le tenía que ganar, ya no era a ver cómo nos va, con Holanda estaba la posibilidad de perder, pero por qué no sacarle un empate y teníamos la sensación de que a Bélgica le podíamos ganar”, detalló el nayarita.
“Se dio la calificación y contra Alemania (Octavos de Final), habla la gente con toda razón que faltó mentalidad y creo que lo que nos faltó fue contundencia. Si metemos las dos que tuvimos hubiéramos avanzado, me quedé con mejor sabor de boca en ese Mundial, pero cometí un gran error y me costó no jugar con Alemania. Me desesperé contra Holanda, me le crucé al árbitro, lo tomó como agresión y me expulsó. Nunca pensé que íbamos a calificar, de camino al vestidor, escucho la algarabía, supe que empatamos, que pasamos y no iba a jugar el siguiente partido. Como grupo, la contundencia marcó la diferencia”, finalizó Ramón Ramírez.
Al América: respeto sí, cariño no
Ramón Ramírez es uno de los grandes ídolos de los últimos tiempos en Chivas. Pero en 1999 se vivió una fuerte polémica cuando fue vendido, contra su voluntad, al acérrimo rival. Vistió la camiseta del América durante y asegura que no le alcanzó a tomar cariño. Aunque sí guarda respeto por la institución.
“Le tengo mucho cariño a los equipos donde jugué, cada uno tiene valor. No olvido mis raíces: Coras de Tepic en la Segunda División, le tengo mucho cariño a mi tierra. De ahí brinco a Santos y le tengo muchísimo cariño porque me debutó, me abrió las puertas. Le tengo mucho cariño a Chivas, fui campeón, le tengo cariño a Tigres porque en una situación complicada siempre me dio la mano. Le tengo respeto al América, no puedo hablar de cariño porque sólo estuve seis meses, pero le tengo mucho respeto”, señaló el ex futbolista.
Reconoció que aquel polémico traspaso, hace más de 20 años, le resultó doloroso. “Por las circunstancias sí, en su momento sí porque pienso que un jugador de Chivas no puede brincar al América, ni uno del América puede brincar a Chivas. Pienso que no es lo ideal, pero si los clubes se ponen de acuerdo y el jugador decide que se quiere ir, se debe respetar, como pasó con Oribe. No fue fácil llegar al América, ni lo que se expresaba de mí, gente de Chivas. Aquí nadie me pidió mi parecer y cuando lo expresé, no se me respetó”, finalizó Ramón Ramírez.