Palmeiras logró sobreponerse al papel de víctima con el que llegó a Maracaná, pero la fortuna estuvo de su lado y lograron conseguir su segunda Copa Libertadores al vencer 1-0 a Santos FC con un agónico gol de Breno Henrique Vasconcelos, ya en tiempo de compensación.
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En una feria de patadas, empujones e insultos en el tiempo regular, además del incesante calor de Brasil, evitaron que el espectáculo se hiciera presente en el mítico campo de juego, a pesar de las expectativas generadas por los protagonistas, pero después de una temporada atípica, impactada por la pandemia y que causó la reprogramación de la fase final del campeonato, el último encuentro tenía que tener la misma forma.
Aún con la ventaja del apoyo de la afición, Santos, comandados por Marinho, no hicieron valer la historia de su camiseta y la obligación de emular lo conseguido por Pelé y Neymar, sofocó cualquier aspiración de conseguir el título en casa. Mientras que Palmeiras, con la fortuna de su lado respondió en el momento adecuado para levantar la copa.
La actuación de los dos equipos se fue esfumando hacia el final, cuando parecía que comenzaban a pesar las piernas por el cansancio. Todo indicaba que Palmeiras y Santos jugarían dos tiempos extra, hasta que el encuentro se revolucionó y encontró un desenlace.
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Tras una pelea en las bancas, que generó la expulsión del entrenador Alexi Stival ‘Cuca’, los verdiblancos, conscientes de la gran oportunidad que tenían en sus manos, se lanzaron al ataque de la mano del carioca Roni, que apareció por derecha para mandar el centro al área y que Breno aprovechó para vencer al arquero Jhon Maciel, ante la explosión de su afición que se hizo presente en el Maracaná, en un final de antología.
Santos se quedó en la línea para mandar el encuentro al alargue, pero la falta de imaginación y el cansancio natural de una final tan agotadora, impidió a los locales conseguir la última hazaña de la temporada.
Pero Palmeiras no tiene tiempo para celebrar, ahora deberá cambiar el chip y viajar a Catar, al conseguir, también, el último boleto para el Mundial de Clubes 2020. Los dirigidos por Abel Ferreira deberán superar las pruebas de Covid-19 y esperar a su rival en las semifinales del torneo, que saldrá entre Tigres de la UANL, campeón de Concacaf, y Ulsan Hyundai, monarca de Asia.