Rommel Pacheco le puso punto final a su carrera deportiva con su participación en los recientes Juegos Olímpicos de Tokio 2020, competencia en donde nuevamente se le negó la medalla; sin embargo, el histórico clavadista azteca señaló, en entrevista con Publisport, que se va satisfecho por todo lo logrado, además de aplaudir la actuación de la delegación mexicana, que tanto fue criticada tras obtener únicamente cuatro preseas de bronce.
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¿Cómo te sientes tras los Juegos Olímpicos de Tokio 2020?
— Me siento contento de cerrar este ciclo en mi vida, son 28 años haciendo clavados, entregándole mi vida al deporte, a México y a Yucatán. Lo digo con mucho orgullo, pero llegó el momento de concluir. No hubiera podido encontrar mejor escenario que despedirme en unos Juegos Olímpicos, que parecía que no se iban a realizar en medio de una pandemia, el poder ser abanderado, el darlo todo y tener una despedida emotiva, el aplauso de todos los clavadistas, entrenadores y jueces. El que la gente logró percibir esa sensación que tiene un deportista dentro y fuera de la alberca. Me voy muy contento y satisfecho con el resultado. Me hubiera encantado culminar con esa medalla, pero me voy muy feliz porque no me puedo reprochar que me haya hecho falta hacer o intentar algo. Era de las personas que llegaba primero y era el último en irse, no me desvelaba, no fiesta, dieta, vicios, no nada. Me voy con algo que a veces ni el resultado ni la medalla te da, que es el cariño de la gente, eso que es tan importante, el respeto de la gente. Me voy muy feliz.
¿Qué sentiste al ejecutar ese último clavado?
— Fueron unos Juegos Olímpicos muy emotivos, muy distintos. Tuvieron esa esencia tan emocional, la gente y los deportistas esperábamos este evento, cinco años para poder estar ahí, el mundo necesitaba cambiar de aire y ver este tipo de historias. Estando ahí veías a los países unidos, algo que sí se veía anteriormente, pero no tanto como en esta ocasión.
¿Qué significó para ti ser abanderado?
— Ha sido uno de los mayores orgullos de mi carrera deportiva. Representa algo muy importante, porque en los ojos de todo el mundo estuvo esa imagen, cuando entras con la bandera de tu país, representando a esos casi 130 millones de mexicanos. Fue una sensación muy padre, simbólica y patriota. Siempre he defendido a México en las competencias, pero el ser abanderado en unos Juegos Olímpicos va a quedar para la historia.
¿Cómo defines tu amplia carrera deportiva?
— Mucha disciplina, constancia, trabajo, dedicación y nunca rendirme ante ningún obstáculo, eso es lo que me caracteriza. No importa si vengo de una derrota o un triunfo, al otro día me vuelvo a levantar para seguir cosechando muchos éxitos y es algo que lo aplico al deporte y a todas las áreas de mi vida. Lo importante es estar satisfecho contigo mismo, de que lo estás dando todo.
Dejas la vara muy alta, ¿ves talento en México para llenar ese hueco?
— Por supuesto, de llenarlo y superarlo. Está Randal Willars, Kevin Berlín, Gaby Agúndez y Osmar Olvera. Son una generación joven con mucho talento y que seguramente estarán ganando todas las medallas.
¿Cómo evalúas el desempeño de la delegación mexicana en Tokio 2020?
— Ningún deportista va a unos Juegos Olímpicos a querer perder, todos vamos a querer ganar y darlo todo. Hay algunos que tienen metas diferentes: el pelear medalla, clasificar a una final, mejorar tu marca, etcétera. Pero todos queremos ganar, México quiere que ganemos todas las medallas de oro y me encantaría que así fuera, pero hay mucho por mejorar, programas que hay que implementar en nuestro país, un gran plan para el deporte. Debemos empezar hoy, para que este plan se vea reflejado en 20 o 30 años. Todo el mundo quiere resultados hoy, pero no se han sentado a planificar. Un deportista no se hace de un día para otro. Llevo 28 años en los clavados y ahorita estoy en un buen nivel. Hay que hacer un análisis meticuloso y apretar algunas tuercas donde se tengan que apretar.
Muchos cuartos lugares, pero ¿qué tan complicado es ocupar este sitio?
— He tenido la fortuna de ser campeón del mundo, el número uno del mundo. Ahora quedé en sexto, siempre es apuntar al primer lugar, no ser conformistas. Pero estar en los primeros seis del mundo, es complicado. Todo mundo quiere medalla y para eso se entrena y le dedicas tu vida al deporte, el cual tiene muchas limitaciones, pero que se ve recompensado con los resultados. Esas lágrimas que a veces ven, son lágrimas de esfuerzo. Uno como deportista vive muchas situaciones. México quiere que ganemos, pero uno es el primero que quiere ganar, porque es el primero que está resistiendo.
EL DATO
Rommel Pacheco publicará en los próximos meses un libro en donde hablará de cómo salir adelante y hacer los sueños realidad. Además contará anécdotas y dará una serie de pasos para seguir tus objetivos y metas.
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